Pasos hacia la cuarta revolución de los conocimientos (1a. parte)


Desde que se publicó el extraordinario texto: Pasos hacia una ecología de la mente de Gregory Bateson (1972), una de las personas con sublime brillantez, inteligencia y gran complejidad de pensamiento, se puede decir que, junto con otras mentes igualmente brillantes de su generación: nos referimos a las diferentes escuelas de pensamiento sistémico que comenzaron la aventura de crear propuestas de estudio e investigación respecto a los diversos significados en relación a lo que es un sistema y cómo podemos concebirlo desde diferentes campos disciplinarios, y también, respecto a nuevos descubrimientos sobre los secretos y las capacidades que las personas pueden adquirir a lo largo de su vida en cuanto a sus formas y diversas maneras de aprender y construir lo que el propio Bateson denominó como metalogos, una interesante estructura de conversación que puede abordar temas de carácter problemático, donde los participantes de este acto de diálogo e interacción, no implica que solo discutan sobre algo, sino que sea parte de lo que se puede entablar cuando se discursa sobre una posible teoría que pueda explicarnos cómo ha sido por ejemplo, la evolución y relación entre el hombre (humanidad) y la naturaleza, considerada como parte de un largo proceso de concepción y construcción, de creación e interacción de las ideas que se van conformando para configurar y reformular si no la totalidad, por lo menos una aproximación sobre quiénes somos en origen y hacia qué pasos son los que vamos a delimitar y registrar, lo que vamos a hacer y ser, continuar como especie y civilización en esa escala evolutiva.



La siguiente reflexión nos lleva a plantear si efectivamente ese largo camino de evolución como raza humana ha podido servir de algo para lograr un equilibrio, y estabilidad, armonía y bienestar personal y social. O si esto es parte de una gran trama y prueba de que la humanidad que construye también destruye para reconstruir sobre lo que dejó atrás como huella de memoria en el camino, o si comenzó su fase hacia la autodestrucción, aun cuando sigue en ese perpetuo balanceo entre el equilibrio y estado de incertidumbre recurrente. Pareciera que se pone en juego esa evolución de la mente entre las distintas especies y con respecto a las múltiples diferencias de razas, el ancestro común queda registrado y almacenado en el código de ADN, esa enorme y compleja estructura emergente donde se halla codificada parte de la existencia y permanencia en este planeta azul a punto de pasar a una fase peligrosa de extinción por parte de la actividad humana, o de pasar a la siguiente fase de su propia evolución, y ese es el reto para los siguientes veinte o treinta años, de nosotros depende de que esto se haga realidad, o esté acelerando nuestra propia decadencia. 

Por eso cuando se plantea que los pasos que podríamos alcanzar como meta descansan latentes en lo que podamos reconfigurar a través de los conocimientos, se vuelve en una tarea por más titánica en donde tenemos la corresponsabilidad de que esta oportunidad sea para todos, y no sólo para unos cuantos beneficiados, esto es una pertinente tarea de la educación. Uds, qué opinan al respecto.

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