Visión futura de la educación y los estados de incertidumbre de hoy (1a.parte)

Apenas iniciando ya el segundo mes del 2019, y revisando la situación global de la educación, donde siguen los organismos internacionales, estableciendo las pautas y las reglas generales de dónde tendría que orientarse la educación en el mundo, las pautas y regulaciones para implementar su instrumentación contemporánea. Hago esta reflexión después de haber asistido a una interesante conferencia que impartió Jurjo Torres en el aula magna de la facultad de Filosofía y Letras, UNAM, reconocido académico especialista en los temas de educación, política educativa, educación neoliberal, didáctica y curriculum entre otros.

En su exposición, se pudo apreciar que permanecen visiones completamente distintas en lo que se conceptualiza por educación. Sobre todo, pensando que la apuesta de los organismos internacionales financieros, siguen apuntalando su modelo y concepción hacia una educación de corte neoliberal, donde se han establecido una serie de normas y reglas que son retomadas de modelos alternativos, y sin embargo, en este análisis crítico del discurso institucional neo-empresarial se puede percatar que existe una tendencia a tecnocratizar por decirlo así, los procesos educativos en las escuelas y universidades, mediante procedimientos y sistemas de control académico administrativo que son el centro de las discusiones en las comunidades y colectivos de docentes, los cuales siguen considerados como peones estratégicos para legitimar el adoctrinamiento oficial del Estado, para procurar y legitimar la selección discriminatoria de alumnos de excelencia de aquellos otros que el propio sistema escolar universitario se encarga de desecharlos, es decir, de reprobarlos o impulsarlos a su propia deserción. La carrera por los estímulos y disposiciones reglamentarias para evaluar los aprendizajes, se han convertido en instrumentos coercitivos de distinción social y diferenciación de capital cultural entre docentes y discentes, entre instituciones educativas públicas y privadas. La visión empresarial educativa del siglo XXI, es más que obvia, las estrategias y procedimientos para formar recursos humanos para el capital internacional, se convierte en un modelo que caracteriza las tendencias hacia su propia consolidación hegemónica, donde los privilegiados que son seleccionados mediante filtros tecno-psicológicos, son los que van a poder integrarse al mercado feroz y competitivo que marca y registra el tipo de estándar de calidad y certificación para los grandes corporativos.



Mientras del otro lado aún se encuentran docentes y comunidades escolares y universitarias, en plena batalla defendiendo los pocos espacios por donde se tiene la oportunidad de construir y crear de manera colectiva para beneficio propio de las comunidades aledañas, donde todavía existe la posibilidad de crear y compartir ideas que no sólo van a poder enriquecer a las personas que participan en estos procesos, también donde se puede fomentar la cultura de la educación y del aprendizaje, donde evaluar no signifique cohesión ni maltrato emocional cognitivo, sino sea parte de un verdadero proceso de colaboración entre pares y entre participantes de la comunidad. 

Donde el hecho que aún permanezca la distinción del acto didáctico entre el que enseña y el que aprende se diluya en una sola expresión: la convivencia y el bienestar social se logra si se crean nuevas reglas del juego más relacionadas con la creatividad y la imaginación que estas acompañen en su trayecto a la innovación como eje de cambio y transformación cultural, ese es parte del reto que tendríamos que asumir desde ya, como salvaguarda de la civilización humana, en un perpetuo devenir de opciones y posibilidades, donde existan oportunidades para todos y seamos lo suficientemente incluyentes, y no desgastemos ni desperdiciemos los talentos y capacidades humanas, ni tampoco imponernos retos irrealizables por falta de infraestructura ni recursos en proyectos y programas que se vuelven discursos vacíos que solo benefician a algunos cuantos, pero el hecho ya está consumado cuando sigue prevaleciendo la injusticia y la discriminación, el odio y el rencor en su más alta expresión de negatividad entre personas y grupos que viven de manera automática para luchar por sus espacios de poder enfermizo y esquizofrénico, que se abarrotan de bienes materiales y de una infinidad de insumos que les van a permitir vivir con lujos superfluos.


Esa es la debilidad humana con todos sus pecados y pasiones, con sus desenfrenos por una loca carrera armamentista que sólo les interesa tener el dominio absoluto del mundo y de sus poblaciones, de sus riquezas y recursos, y a la humanidad la esclavizan de diversas maneras y modos y procuran mantener en resguardo a sus familias y a su potentada élite en la cumbre del precipicio. Esto no da solución inmediata a los problemas esenciales que experimenta la humanidad, mientras no cobre conciencia y significado sobre su propia condición en este planeta, hasta que dejen de alterarse las leyes naturales y universales, hasta que deje de pensar que es la única especie en el cosmos, porque este requiere de orden, espacio y tiempo. Si no se alcanza a vislumbrar tal concepción, los escenarios de más adelante se ven en un horizonte con neblina y turbulencia, hasta que sea limpiada el aura de la Tierra. ¿Existe todavía esa posibilidad para conformar un nuevo horizonte que conduzca a esta humanidad hacia su evolución? Eso lo veremos en la segunda parte de esta reflexión.

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