Visión futura de la educación y los estados de incertidumbre de hoy (2a.parte)

De la reflexión de la primera parte que aborda el asunto de la visión futura de la educación y su relación con los estados de incertidumbre que se vislumbran actualmente en México, no es considerado como una situación aislada que sólo compete a circunstancias particulares de este país que está a punto de cerrar los primeros 100 días del nuevo gobierno, que visto en el ámbito educativo, como materia trascendental para saber hacia dónde está perfilada la nueva política educativa, aún a la fecha, no se ha mostrado algún documento oficial donde se avale oficialmente sus lineamientos y acciones que también tienen que estar articulados a la visión y misión del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, con el cual ya la ciudadanía podría darse cuenta de hacia dónde iría el rumbo del país, las políticas públicas, y los programas que cada dependencia de gobierno y las instituciones del sector público tendrán que implementar a lo largo de este sexenio. 



Lo único que hemos recibido como parte de la opinión pública ha sido, anuncios mañaneros mediáticos diarios, entre ellos, el anuncio presentado en un documento firmado, sobre lo que va a ser, en papel, la propuesta de la Reforma Educativa, pero falta que en foros de expertos, representantes sindicales del magisterio,, autoridades del gobierno (federal y estatal), y ciudadanía invitada, se reúnan para realizar una serie de mesas de discusión, sobre qué y cómo se tendrían que implementar estas propuestas de política educativa;  qué es lo que se avala como lo aceptable y aceptado socialmente, cuando se observa que en circunstancias recurrentes de incertidumbre y sospecha de parte de la población, que sigue de cerca y observa a través de medios de comunicación y en redes sociales, cómo se van dando y expresando la nueva retórica oficial con tintes claramente populistas, las cosas gradualmente se van conformando y apareciendo en el horizonte, en este estratégico ámbito donde se habla y discute sobre la educación en el país, donde está en juego: el contenido del futuro educativo de la nueva generación de mexicanos (as), el futuro del magisterio (de educación inicial, básica, medio superior y superior), donde se supone se van a delimitar las estrategias de intervención educativa para fortalecer programas escolares en zonas y regiones donde existe población vulnerable como son las zonas rurales-indígenas; donde existe todavía a la fecha, considerable rezago educativo; donde hay un ambiente lleno de improvisaciones y simulaciones en escuelas en mal estado; donde hay graves carencias de infraestructura tecnológica; donde existe corrupción en grupos del sindicato magisterial en sus dos versiones: La del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y la otra vertiente Comisión Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), una organización magisterial sui generis que se ha mantenido en lucha en contra a de todo lo que huela a institucional, a normas y reglamentos administrativos académicos oficiales de programas curriculares educativos, que, como pretexto de rechazar abiertamente reformas autoritarias verticales, les ha servido de importante trampolín y terreno para ejercer control y manipulación de sus agremiados, gracias a fuerzas políticas partidistas de izquierda. Entendiendo que la educación y el futuro de niños y adolescentes, son parte de una mera escenografía y cortina de humo bien estudiada, planeada e instrumentada, como mero pretexto para realizar actividades de sostenimiento cupular mafioso, no importa el estado que guarde la educación a nivel nacional e internacional, lo que importa para este tipo de gremio es la de continuar legitimando su hegemonía y poder en el Estado.

Esto nos da un panorama de cómo están las cosas en el país en materia de educación, que continúa sin lograr su verdadera transformación, porque la han convertido en botín idóneo de la corrupción política institucional, en una actividad de "huachicoleo" y adulteramiento pedagógico entre las autoridades, directivos de escuelas y universidades, entre líderes del gremio, entre discursos de simulación mediática, en la promoción pronta y expedita de una cultura simbólica y mítica contemporánea: "la cubeta de cangrejos mexicanos", donde no hace falta traer soluciones y opciones de mejora y cambio, porque desde adentro de la propia estructura, se activan métodos de anquilosamiento, ralentización burocrática y administrativa que involucra al propio Secretario de la SEP hasta el director de alguna escuela o universidad pública, todos contribuyendo para desacelerar los procesos de gestión educativa, para impedir que todos los educandos de este país, tengan las mismas oportunidades de tener acceso a una educación universal, a una formación básica, semi-profesional y profesional que responda de manera satisfactoria a los retos de la cuarta revolución de los conocimientos que ya está desarrollando a nivel mundial. 


Aquí todavía se piensa, según la idiosincrasia de los promotores de la llamada 4t, que la mejor opción es la de implementar acciones educativas como en la época dorada de la industria petrolera de Lázaro Cárdenas y las que realizó Luís Echeverría en su gobierno, cuando hubo ciertos logros considerables que casi lograban y respondían, más bien al esquema político social de la era industrial incipiente de nuestro país, pero que ya se vislumbraba que pudiera ser un importante disparador de cambios estructurales, pero no fue así, y el retraso siguió en fase latente de incertidumbre; de no tener suficiente visión y empresa para determinar la orientación precisa de ese supuesto rumbo y esa claridad de su innovación a su propio entendimiento, sin poner en análisis y discusión sobre su viabilidad y factibilidad en el mercado laboral nacional y en el amplio rango de competencia internacional, aspecto todavía contemplado por expertos en las mesas de trabajo académico y empresarial, y en vía de mientras, en las instituciones del gobierno federal, donde aún están en revisión minuciosa dichas propuestas, si son viables, confiables y rentables para la mentada y esperada cuarta transformación, que suena bien en el papel y en los discursos mañaneros del presidente, pero siguen sin cuajar y amarrar bien en la totalidad de las comunidades y colectivos de la población. 

Seguiremos entonces, en ese estado de vigilancia y sospecha, pero también colaborando y participando en espacios académicos y sociales, donde todavía existan posibilidades de transformación, porque creemos que existen opciones y posibilidades de lograr salvar algo todavía en materia educativa, México se lo merece.

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