TIEMPOS DE CIBERGUERRA VERSUS PSICOACTIVISMO ECOLÓGICO-ESPIRITUAL (2a. Parte)

 Abordar el tema de la ciberguerra, nos remite a una revisión obligada de su origen cuando casi al término de la Segunda Guerra Mundial, el matemático Alan Turing y su máquina de cálculo, cómo logró descifrar información militar de los nazis alemanes, y elaboró códigos que permitió localizar a las fuerzas militares estadounidenses y europeas, las estrategias de próximos ataques y locaciones donde se encontraban sus bases de defensa. Esto dio pauta para que posteriormente, otros matemáticos como Claude Shannon junto con Warren Weaver y  Norbert Wiener, realizaran importantes aportaciones teóricas al campo de la cibernetica y posteriormente, a la naciente teoría de la información, misma que pasó a conformar un elemento clave de la llamada revolución cognitiva, que fue aprovechada por los servicios de inteligencia militar y seguridad nacional de E.U., y posteriormente dichos conocimientos y aplicaciones científicas-tecnológicas se extendieron a Europa y a otras regiones del mundo. Ello significó un aspecto fundamental y parte estratégica geopolítica que vino a conformar sofisticados sistemas de vigilancia que abarcaban a instituciones específicas de los gobiernos a nivel mundial, pero también preparó el terreno para escalar el clima de tensión internacional en el nuevo panorama polarizado, primero entre dos bandos y dos facciones político ideológicas y económicas distintas, entre capitalistas y aquéllos otros que su tendencia los había convertido en poderes hegemónicos totalitarios (dictaduras) de corte socialista-comunista. 



Es con este antagonismo, que da comienzo un periodo donde el espionaje físico entre estos grupos de inteligencia cobran vida, donde existen infiltrados de los dos bandos en sus respectivos países, con el objetivo central de robar información específica relacionada con avances científicos-tecnológicos de aplicación militar, estrategias para afectar directamente a los sistemas financieros y promover impacto negativo en las estructuras económicas, sociales, educativas y culturales. Todo esto para doblegar y entrar en periodos de negociación, pero sobre todo, para mover piezas del tablero de este juego lleno de intereses y posiciones en el orbe, con el fin de adquirir mayor control territorial, apropiarse de sus recursos naturales a cualquier costo e impactar de manera indirecta sobre el medio ambiente, y desestabilizar de fondo y de manera permanente, cualquier intento de intentar alguna respuesta que pudiera dañar el interés de seguridad nacional y legitimar así su poder y dominio.

Es parte de lo que ha podido ser registrado y analizado por expertos, desde el comienzo de la Guerra Fría hasta nuestra época, con mucho mayor avance en las ciencias de la información computacional, ahora fortalecida por satélites y cableado submarino, entre lo que se ha podido divulgar a la población, porque existen niveles de inteligencia geo- estratégico militar que aún siguen sin relevarse ante los medios, la cual ha adquirido un denominador común: la ciberguerra como en los medios militares y servicios de inteligencia hacen mención. Estos se rigen por protocolos cerrados de difícil acceso, a no ser que hayan sido penetrados por hackers expertos contratados por dichos sistemas de seguridad avanzados, con el objetivo de desmantelar las arquitecturas y candados de seguridad cibernética-informática. Por eso, no es de extrañarnos que EU y China, además de Rusia y otros países enemigos de esta nación-imperio se encuentren actualmente en una guerra abierta comercial externa, pero en paralelo y en secreto, implementen por ejemplo, tecnologías basadas en la inteligencia artificial (IA), conectadas a motores de búsqueda comercialmente conocidos (Microsoft, Google, etc.), y ahora enfocadas principalmente a través de las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Tik Tok, etc.). De ahí su urgencia por dar inicio a una nueva carrera espacial pero con tintes y orientación geo-militar basada en programas secretos de seguridad nacional, del cual el terrorismo, es solo un rostro de otros ocultos que ya comenzaron a activarse desde hace tiempo.

La llamada sociedad de la vigilancia, es parte de enormes corporativos empresariales integrados en las estructuras de los gobiernos provenientes de superestructuras ideológicas de países con mayor desarrollo, estas juegan hábilmente en el mercado y la bolsa financiera internacional, con tal de cotizar sus transacciones y asegurar el incremento de sus capitales, tanto para provocar enormes catástrofes económicas en el mundo, como para colapsar y deteriorar las pocas posibilidades de supervivencia humana. Es decir, actúan como verdaderos perpetradores del ecocidio planetario, de ahí la necesidad urgente por crear movimientos sociales que no sólo protesten y se manifiesten abiertamente en contra de todo el establishment, porque obviamente también, existen otras formas de resistencia y solidaridad que revisaremos en la tercer y última parte de esta publicación. Por lo pronto, dejo ahí la tarea pendiente para analizar, reflexionar críticamente y posicionarse ante estas situaciones que nos impactan y nos obligan a tomar decisiones importantes para estar además de conectados, también conscientes por lo que se avecina en los próximos meses y años.

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