Viajeros, Nómadas y Holografías del Alma (2a. parte)

En la anterior publicación introductoria sobre el tema que abordamos como reflexión de lo que hemos denominado como "viajeros místicos", que vendrían a representar ejemplos de cómo se puede trabajar a nivel de la psiquis humana, estados de conciencia que de alguna manera les permitió acceder a formas de conocimiento de la dimensión espiritual, que de acuerdo a posturas diversas de la antropología cultural, o de la psicología transpersonal y de las teorías desarrolladas de la física cuántica integradas a campos insospechados y tal vez, inverosímiles para la ciencia académica ortodoxa, cuya visión cartesiana dualista-mecanicista, no logra percibir que pueda haber una conexión interna mucho más allá de lo que puede concebirse como parte de la llamada "conciencia", que en el caso de los postulados filosóficos de Platón, a través del Diálogo del Fedón, justo en el momento de la muerte anunciada hacia su maestro y mentor Sócrates, inicia un espacio de introspección sobre lo que puede ser la antesala de la denominada psiqué (mariposa, alma), el momento antes de dejar el cuerpo o morir, y cuyas alas se extienden una vez que ha sufrido la metamorfosis de mutarse de ser una crisálida a una hermosa y radiante mariposa, como alegoría y metáfora de lo que significa la transmigración de las almas (metempsicosis) en búsqueda y reconstrucción de un nuevo ciclo de vida-muerte (eros y thanatos), un arquetipo simbólico del inconsciente individual y colectivo de la humanidad. ¿De qué sustancia está hecha el alma?, ¿Si existe en el inframundo (Hades) las almas de las personas que mueren?, ¿si de las almas de los muertos surgen nuevas vidas?, etc.

 

En otro diálogo, Timeo, Platón, plantea como Dios creo a esa alma (racional) del mundo como esfera (sphairos), reflexión geométrica derivada del pensamiento aritmético pitagórico, que de alguna concibe al universo y a los planetas que habitan ahí, como seres esféricos, radiantes dotados de inteligencia, donde también puede concebirse el espacio eterno como posibilidad de donde han salido las demás cosas corpóreas que tenemos acceso con nuestros limitados sentidos, lo cual nos permite saber algo de ellas: forma, temperatura (calor, frío), tamaño, color; es decir, todo aquello que podemos percibir y razonar sobre esta forma de conocimiento. Lo que llama la atención en particular, cómo Platón detalla en este diálogo en particular, describe que nosotros fuimos creados por una entidades divinas subalternas (¿extraterrestres?). Un tema que puede causar polémica y controversia entre académicos puristas de la filosofía, pero ahí nos deja Platón esto para indagar y descubrir sobre nuestro verdadero origen como almas viajeras.   

Porqué entonces, requerimos de una reminiscencia, para evocar de manera intuitiva (énnoia),  para conservar en lo posible el conocimiento adquirido en esta vida, porque es ya parte del aprendizaje en esta vida temporal, y por eso requerimos para ese viaje místico de  esas demostraciones tangibles, antes de volver a nacer de nuevo, y cumplir con la rueda kármica del samsara, de acuerdo a la tradición mística de los vedas, el ciclo de nacimiento y muerte es también parte de ese conocimiento para las almas que transmigran de un cuerpo a otro, hasta entender el verdadero significado de ese ciclo eterno. De ahí, que la batalla eterna a la que tenemos que enfrentar y afrontar como almas vivientes es, encontrar el camino de regreso al eterno retorno.

Esto mismo, pero en forma poética mística lo narra Ibn Arabí, en su "Viaje al Señor del Poder", texto de la tradición mística sufí que nos habla de los misterios divinos para quienes quieren y desean buscar la verdad (aprender a ser), o de cómo el alma tiene que prepararse para adorar y fusionarse a esa energía espiritual absoluta perenne, como alma devota enamorada espiritualmente de Dios, como aprendiz que tiene que saber trascender en ese viaje, el cual requiere de esfuerzo y dedicación, también de la separación del mundo para iniciar el retiro (khalwa), donde la primera obligación del adepto, es buscar la sabiduría (el trabajo, la moralidad, el ascetismo y la fe) y la búsqueda espiritual a través de la disciplina (riyada), esto incluye la forma de alimentarnos y controlar los apetitos corporales y mentales para no entrar en una fase de desequilibrio.

En la filosofía mística que propagó e influyó en las creencias religiosas en Asía, tenemos a Lao Tse como representante privilegiado que con su vida ejemplar, tuvo esa gracia de poder espiritual para crear a través de esas reflexiones profundas versificadas, la idea sobre el múltiple significado del Tao (camino celeste), que dice en su primer verso: "El Tao puede ser nombrado no es el Tao eterno / El nombre que puede ser pronunciado no es el nombre eterno / Lo Innombrable es el principio del Cielo y la Tierra / Lo Nombrable es la Madre de las Diez Mil Cosas / Sin deseos se puede ver el Misterio; con deseos se puede ver sus manifestaciones / Los dos brotan de la misma fuente, pero tienen diferentes nombres para una misma realidad...; si esto es considerado como meras fantasías imaginativas de la mente y cultura oriental, que dieron posteriormente origen a la creación de corrientes místicas que combinan esta sabiduría con el conocimiento alquímico, que más adelante Fritjof Capra y Talcott Parsons, dos físicos nómadas redescubren y le otorgan un significado sagrado que se puede intercambiar y descifrar como un código de acceso a esa dimensión espiritual, y que de alguna manera da un referente sobre el viaje de la consciencia a otras dimensiones de la realidad, está mucho más lejos de lo cotidiano inmediato, y abre por así decirlo, puertas y senderos de búsqueda, exploración y reencuentro con nuestro origen y con la siguiente fase de evolución del alma.

Esto es parte de la misión y actividad realizada por el hombre que logró transformar su vida y su misión en una enseñanza, porque así lo consideramos por experiencia personal y la oportunidad que se nos dio al conocerlo de cerca, y haber recibido una parte de esa sublime energía espiritual como regalo (una semilla espiritual), una iniciación para activar el viaje al interior del alma con la apertura de la luz de mil soles a través de la palabra o Verbo (Naam) y el sonido (Shabd), elementos principales de la llamada Ciencia del Alma (nuestra escuela paralela), como boletos de acceso a esas dimensiones y/o niveles que están ahí en espera de volver a conectarlos en cualquier momento, eso requiere disciplina, control mental y también devoción hacia el conductor que es uno mismo y al Guía que nos dispuso en el camino para volvernos a reencontrar algún día de estos en los que tengamos ya asegurado nuestra salida de este plano de existencia. Es parte de lo que que pudimos obtener de parte de este viajero santo místico, Kirpal Sing, cuya experiencia es ahora en estos momentos, concebida como metáfora de una copa de vino que fue derramada en un cuenco lleno de pensamientos revoloteando como palomas alrededor, y fue esa misma miel que sigue latente como océano universal esperando y vibrando en nuestro interior esperando escuchar la música etérea y eterna.

En esa búsqueda nos traslada en su propia revelación y experiencia otro viajero místico que consideramos de gran influencia, por su aportación hacia ese Camino de la Verdad, que implica un enorme esfuerzo individual para asumir los peligros que pueda esto significar la cura del alma y el reencuentro con ese llamado Cuarto Camino, tal como lo concibió Gurdieff en su "Cuentos de Belcebú a su Nieto", un viaje de no retorno y más bien, señalado de auto exploración personal y colectiva, lo cual puede servir más allá de algún procedimiento y técnica de corte terapéutico, es un recorrido al interior de nuestros propios egos y mundos subcreados desde los propios territorios de la mente. 

La idea de concebir en esa narrativa a los seres tricerebrales, nos habla de quienes somos como humanidad, con nuestras propias limitaciones internas que nos velan el camino hacia el espíritu, porque seguimos bajo una cortina aparente de engaños y despropósitos, donde todo es relativo en nuestras vidas y condiciones que limitan por lo tanto, nuestra salvación y libertad como almas errantes sin conducción, que sigue esclavizada por todo lo que hemos creado a nuestro alrededor, nuestra situación personal, familiar y social, en un mundo de crisis recurrente ambiental con un mayor deterioro de vida y subsistencia; con un incremento cada vez más acelerado de incomprensión por el otro y hacia el respeto al otro. Esa es parte de la maldad que hemos sembrado y ahora estamos en fase de cosecha de abrojos. ¿Cuál es la salida posible ante todo esto?, ¿aún tendremos el tiempo suficiente para resolver todo lo que hemos generado como civilización, o estamos ya en el bordo de perder la consciencia a punto de extinguirnos o salvar el Planeta Tierra como ente vivo inteligente y como humanidad? Es el dilema de la supervivencia en estos momentos, requerimos mayor solidaridad y resiliencia. 

En la siguiente publicación dedicaremos la reflexión hacia lo que han ido aproximando en su distintos campos de investigación, como nómadas de ese conocimiento aun concentrado en la academia y en las instituciones, pero con miras a dar el salto cuántico para descubrir esas otras holografías del alma.

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