La generación de niños-robot: hiperconectados y sobre-informados (1a parte)

 Saludos y feliz año nuevo chino (Conejo de Agua). Estoy de nuevo aquí en este blog de reflexión y análisis personal, ahora abriendo con un nuevo tema que, de manera particular, siento la necesidad de abordarlo, ya que, se acerca a una experiencia familiar que he tenido con varios sobrinos en edad preadolescente y adolescente, una nueva generación que está abocada en sus espacios y tiempos de entretenimiento y ocio al uso de dispositivos electrónicos (laptop, celular y tablet principalmente), los cuales, creo en mi opinión como pedagogo, exceden los otros momentos para atender situaciones relacionadas con las actividades escolares y también, de convivencia familiar. 

En ese sentido, observo cómo le dedican estar conectados, o más bien, llamémosle así, hiperconectados con dichos dispositivos: atendiendo, concentrados el videojuego de moda y el celular al mismo tiempo, sin que nada los perturbe ni les incomode. Eso de entrada, nos hace reflexionar sobre lo que a nivel mundial sucede con esta generación que vive abstraída, en parte, del contexto inmediato que les rodea, es decir, sobre los problemas y crisis recurrentes a nivel mundial, regional, en su país de origen y localidad donde viven; el contexto de la familia, los compañeros de salón escolar, las amistades que frecuentan de manera física o virtual, los sitios cuando acceden a tiendas y restaurantes, el comportamiento adoptado y tal vez, hasta copiado que se puede observar, la manera en que están conectados con estos dispositivos electrónicos multimedia. Eso dio pie de entrada para decidir esta publicación en tres partes.


En la primera parte, se aborda la descripción y análisis de lo que nos muestra, hasta el momento, las estadísticas regionales, y el caso particular de México, sobre el nivel de tiempo, y posiblemente, el tipo de consumo de aparatos y dispositivos electrónicos en la edad infantil preadolescente; las características sociales, culturales, nivel de escolaridad, habilidades cognitivas y situación emocional; los riesgos a los que están comunmente expuestos, considerados estos como posibles indicadores que nos puedan mostrar la incidencia de este tipo de comportamiento: niños que están hiperconectados y sobre-informados, el cual requiere una definición conceptual aproximada y detallada y, por lo tanto, una reflexión compartida. Recomiendo poner atención a conceptos que aparecen en el texto subrayados, son ligas de hipertexto.

Es justo, lo que en la segunda parte exponemos, retomado algunas ideas reflexivas fundamentales de dos autores, que, desde nuestro punto de vista, parecen ser los más representativos que abordan el problema de los impactos sociales, culturales y derivados a la conducta diversa de consumo, como parte de los impactos de la era digital del presente siglo XXI; nos referimos al filósofo contemporáneo, Biung Chul Han con su postura crítica respecto a las consecuencias sociales e impactos de la hiperculturalidad; por otro lado, tenemos al italiano Franco Berardi, Bifo como se le conoce en los círculos académicos intelectuales. Este autor nos ofrece una reflexión crítica, particular, fenomenológica del fin, el cual aborda lo que para él significa la relación de la sensibilidad y la mutación conectiva, elementos que nos permite inferir y denotar hacia el impacto de los medios digitales en el comportamiento de consumo peculiar digital en niños preadolescentes y a los que identifico en etapa adolescencia tardía o extemporánea de la descripción y del análisis reflexivo. 

Finalmente, en la tercera parte de la presente publicación, se intenta dar respuesta a las siguientes preguntas que se podrían acotar a necesidades imperantes al futuro inmediato: ¿Qué papel juegan las escuelas que atienden a niños hiperconectados y sobre-informados?, ¿están preparados los educadores (discentes) y las autoridades educativas para orientar y desarrollar habilidades cognitivas y emocionales basadas en el pensamiento crítico, a fin de contrarrestar y/o utilizar las habilidades digitales de los aprendices como estrategias didácticas en el espacio del aula y fuera del ámbito escolar en entornos disruptivos?, y por último, ¿la sociedad está preparada para afrontar los impactos y posibles repercusiones en los comportamientos de la generación de los denominados niños-robot?

Por lo pronto, veamos que nos dicen las estadísticas a nivel mundial, respecto al  nivel de acceso a internet y uso de aparatos electrónicos conocidos como dispositivos móviles (celulares y tablets, entre otros). 

De acuerdo a un documento de la UNICEF (2017), titulado Niños en un mundo digital, el rango de edad de 15 a 24 años de edad, el 71% está conectado, con el 48% del total de la población. Se señala en dicho documento que son niños y adolescentes menores de 18 los que están conectados a internet (uno de cada tres usuarios), indica según este documento que, según pruebas empíricas, son niños los que ya acceden al internet, parecido a personas mayores de 25 años de edad. Otro dato interesante de este informe, es que ahora los celulares se convierten en una "cultura de dormitorio", es decir, que los niños pueden usar de manera privada y personal estos dispositivos sin que haya la supervisión de un adulto, en este caso los padres de familia. 

En el caso particular de la región africana, 60% de jóvenes no tienen acceso ni conexión a internet. Se resalta en este aspecto el problema de la brecha digital, la cual va más allá del acceso a internet, porque también, se considera que el idioma, el tipo de teléfono móvil, puede indicar sobre el tipo de acceso a internet a través de una computadora (PC), y a una considerable diferencia, o que el usuario, en este caso, carezca de las aptitudes digitales que le brinden mayor acceso a los contenidos en línea. Esto es un reflejo de la división digital en esta población, lo cual es reflejo de la brecha económica predominante en las regiones. A esta brecha digital, se señala que, en el caso de las mujeres, el 12% se carga más el acceso a internet en hombres.

Un asunto que llama la atención del informe es acerca de los peligros y riesgos que la población infantil se enfrenta con los llamados depredadores digitales, que enganchan a sus presas (niños y adolescentes), para explotación sexual, 92% de casos registrados por la Internet Watch Foundation. aunque el informe no señala cantidad, se señala que, la mayoría de los niños están expuestos a situaciones de depresión o a los problemas del ámbito familiar, repercuten en su conducta, que los orilla, de cierta manera, a refugiarse en la pantalla electrónica de sus dispositivos a los que tienen acceso, trayendo en consecuencia, daños serios a la salud física y mental de los menores, por el tiempo al que están expuestos en el uso y consumo de contenidos virtuales en línea. 

Una clara advertencia para las autoridades e instituciones de los gobiernos, especialmente, a las del sector salud y educativas, así como también, a los creadores y proveedores de contenidos multimedia (industrias y empresas del entretenimiento electrónico en línea), con el propósito de sumar esfuerzos para cambiar las formas como se producen y se orientan ciertos contenidos que puedan favorecer, sobre todo, a la población infantil más vulnerable. Esto sin contar los intereses creados de oferta-demanda previamente establecidos por estas corporaciones, cuyo beneficio nato, es el hecho de tener mayor cantidad de usuarios conectados, independientemente, de la raza, cultura, idioma, nivel socioeconómico, lo importante para esta economía electrónica del mercado, es tener mayor impacto sustantivo para obtener mayor ganancia y beneficio a costa de los consumidores. Punto a ser retomado en la segunda parte. 

Cabe mencionar que en dicho informe, se plantearon, de manera indistinta, una pequeña encuesta con las siguientes preguntas: ¿cómo aprendiste a utilizar el internet?, según respuesta de niños en Honduras y el Centro de África, el 42% contestaron que lo aprendieron por su cuenta, el 39% con amigos con hermanos y hermanas. En cuanto a la pregunta ¿qué te gusta del internet?, los niños encuestados contestaron que lo usaban para aprender cosas en la escuela o sobre salud (40%); en el caso de aprender aptitudes fuera de la escuela, con respuestas de niños de Indonesia (47%), Burundi (35%) y Brasil (34%). Sobre lo que no les gustaba del internet, respondieron que la violencia con 27% (niñas) y 20% (niños); sobre contenido sexual no deseado, el 32% (niñas) y 33% (niños), esto se refleja en niños provenientes de países menos desarrollados a diferencia de niños provenientes de países con altos índices económicos. La pregunta de ¿cómo podría ser mejor el internet para ti?, en el caso de jóvenes de países de bajos ingresos, se observó que el 31% pedía el acceso a internet, a diferencia de jóvenes de países con ingresos bajos medios (12%), de países de ingresos altos medios (9%), y de países de altos ingresos (10%).

Otro informe relevante sobre datos duros que revelan el estado que guarda el nivel de acceso a internet en niños y adolescentes, lo tenemos con el documento de la OCDE (2022), Companion Document to the OCDE Recommendation in Children in the Digital Environment. Se hace mención de lo que sucedió en el periodo de la pandemia del Covid-19, la cual trajo serias diferencias y desproporcionado el acceso a internet en los países afectados por dicha enfermedad. Esto se pudo observar en las casas de los niños de 15 años de edad de países con mayor desarrollo económico, a diferencia contrastante con niños de ese rango de edad, provenientes de países con menor desarrollo. En este mismo documento se resalta el tiempo de uso y acceso a internet mediante dispositivos electrónicos, es significativo, en el caso de E.U., que, niños de dos años de edad, usan el 42% de acceso a internet, es decir, el celular y su contenido se convirtieron en una especie de nana electrónica que sustituyó a los padres de familia, y en Inglaterra se observa que el 83% se incrementó el tiempo de uso en niños de 5 años de edad. Este tiempo se incrementa cuando se señala que en el caso de niños de 15 años consumen un tiempo aproximado de 23 horas por semana en el 2015 y pasó a 27 horas por semana en el 2018. Se menciona que en Suiza se estima que los niños gastaron 134 minutos por día, en Francia 146 minutos y en Noruega, 219 minutos. 

La OCDE tipifica el nivel de riesgos por el acceso a internet y su ambiente para niños, en tres tipos: a) categorías de riesgo: riesgo de contenido, riesgo de conducta, riesgo de contacto y riesgo de consumidor; b) riesgos transversales: riesgos de privacidad (interpersonal, institucional y comercial), riesgos de tecnología avanzada (Inteligencia Artificial, internet de las cosas, biométricas analíticas predictivas), riesgos en la salud y bienestar; y, c) manifestaciones de riesgo: contenidos de odio, conductas de odio, riesgos de mercado; riesgos nocivos, conductas nocivas, encuentros nocivos, riesgos de perfiles comerciales; contenido ilegal, conducta ilegal, encuentros ilegales, riesgo financiero; desinformación, uso generalizado de conducta problemática, otros encuentros problemáticos, riesgos de seguridad.

El caso particular de México, el nivel de acceso a internet vía dispositivos electrónicos, en 2022 (fecha de post pandemia), el 74% de la población mexicana registro dicho acceso, cuyo tiempo de uso se ha incrementado a 7 horas al día, según lo reporta la página de la empresa Ding (https://www.ding.com/es/community/uso-de-internet-en-mexico). Según el Gobierno de México, en su página electrónica, señala que, de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de Información en los Hogares (#ENDUIT2019), registra  80.6 millones de usuarios en internet, y 86.5 millones de usuarios de teléfonos celulares. 

De estas cifras, habría que acotar el rango de edad que nos interesa analizar en la presente publicación, de 15 años y menos en adelante, es decir, primero en la etapa infantil (niños de primaria y secundaria) y preadolescente y en adolescentes tardíos (20 a 29 años: estudiantes de nivel medio superior), cuántos son los que tienen actualmente el acceso a internet y a dispositivos electrónicos (celular, tablet). 

De acuerdo a datos reportados de BNamericas.com, la población usuaria de internet es de 81.6% en zonas urbanas y 56.5% en zonas rurales. El mayor porcentaje concentrado de internautas es, en la Cd. de México (88.3%), Baja California (86.8%), Sonora (85.8%), y con menor porcentaje tenemos a Chiapas (46.1%), Oaxaca (56.9%), Guerrero (61.4%). Un dato interesante es el que señala que el 78.35 de la población con 6 años de edad, tiene acceso a un smartphone. El 96.8% prefiere el uso del celular. Sólo en un 10,4 y 17,7 puntos porcentuales prefierio usar computadora portatil o tablet. 

Según reporte de IFT basada en una encuesta realizada en septiembre de 2022 a padres de familia, contestan que sus hijos de 6 a 12 años (23.2%) y de 13 a 17 años (18.7%), los principales dispositivos que usan sus hijos están los smartphones (73.2%), la tablet (30.2%) y laptop (29.8%). De estas cifras reportadas, los padres reportan que el 28.1% tienen acceso a internet desde sus móviles y gastan un total de 5 horas al día de uso, con un promedio de 6 horas 31 minutos. El 62.7% de los padres encuestados reporta que tiene un control parental (tiempo de uso y bloqueo de páginas web, redes sociales y funciones del dispositivo). El 12.5% de los padres indican que usan herramientas de control parental como Google Family Link y Microsoft Family Safety. Los padres de familia encuestados reportan que los riesgos a los que se exponen más sus hijos está el contenido inapropiado/engañoso (50%), hablar con personas extrañas (34.5%),  el llamado cyberbulling (2.3%), y las extorsiones (14.8%). Sólo el 52.9% de los encuestados logró abordar con sus hijos (niño, adolescente), los riesgos a los que se expone en internet.

En la segunda parte, el abordaje de esta publicación se va a centrar en el análisis y reflexión de lo que existe en el trasfondo de las empresas y corporaciones que producen contenidos de internet y crean espacios de comunicación interpersonal como es el caso de las redes sociales, fomentan expectativas de consumo, de acuerdo a la construcción y gestión de algoritmos que establecen reglas y estrategias de mercado electrónico para modificar conductas de usuario a modo y de acuerdo a tendencias de oferta y demanda del mercado electrónico, sistemas de control y vigilancia.


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