La generación de niños-robot: hiperconectados y sobreinformados (3a parte)

 Retomando la publicación anterior, donde se expuso algunas reflexiones críticas de corte filosófico, respecto a las implicaciones de la sociedad informacional en la sensibilización y la automatización de los sentidos, mismos que se integran en las prácticas cotidianas de niños y adolescentes, que se la pasan, gran parte de sus días cotidianos, conectados (hiperconectados) a sus dispositivos electrónicos móviles (smartphones, tablets), participando de una cantidad considerable de sobreinformación, y estableciendo pautas de comportamiento similares a las de un autómata, que, en apariencia, no muestran interés por su entorno inmediato socio familiar (contexto de la casa habitación), y su cotidianeidad, gira en torno al consumo hipercultural de todo lo relacionado con videojuegos. Es ya un indicador que requiere la atención de pedagogos, educadores y expertos de la salud mental.


Sin embargo, hay otras opiniones y puntos de vista de expertos en la tecnología educativa, que enfatizan la pertinencia de adquirir habilidades digitales, que los van a preparar, por así decirlo, al campo laboral del futuro, basado en un proceso de aprendizaje disruptivo de automatización algorítmica de datos, conectados directamente a las funciones cerebrales superiores mediante el uso de sofisticadas tecnologías que pronto harán su aparición, y que como señala y argumenta el promotor de la educación disruptiva, Juan Domingo Farnós desde su blog personal, las tecnologías tienen que saber aprovecharse para enriquecer la experiencia de aprendizaje de los estudiantes, que tienen acceso en su formación profesional, y que, de alguna manera, van descubriendo de manera personal, con ese tiempo que parece perdido de consumo por los videojuegos, productos derivados de una economía digital de mercado electrónico, de vigilancia constante y permanente, los procedimientos calculados y programados para realizar la selección de futuros recursos humanos que se van a insertar en entornos cada vez, más virtuales, más disruptivos y meta-informados, esto va a requerir de modelos de gestión de los conocimientos aplicados a una multiplicidad de contextos sociales y culturales.

La cuestión primordial, es si esto solo va a desarrollarse en la medida que los países con mayor desarrollo científico-tecnológico fortalezcan su nivel de producción y se establezcan como importantes fuentes de trabajo en países emergentes con menor desarrollo. Estaríamos hablando de una verdadera apertura democrática de las tecnologías digitales al mundo, en las próximas décadas del siglo XXI.

Es, también, parte de los proyectos previstos de empresas y grandes corporativos como los que muestra en una infografía, Futurism.com sitio que promueve la cuarta revolución de los conocimientos, tecnologías que aparecen en el potencial mercado global desde 2019, y estima su proyección prospectiva al 2055 como enfoque empresarial sustantivo, el surgimiento de tecnologías que están en proceso de diseño y producción experimental, donde ya se integran, a modo de ejemplo, la parte biológica y neuronal del cerebro a dispositivos tecnológicos que le van a permitir al usuario de esas próximas generaciones, tener la experiencia exclusiva directa interna de los metaversos, donde podrá, de plano, interactuar en esos mundos y en esas dimensiones, pero con fines de entretenimiento hasta donde se sabe. Esto sería un importante e innovador avance si dichas tecnologías vanguardistas se emplearan también, como ya se tiene previsto para el 2030, el tratamiento optogenético de enfermedades incurables hasta el día de hoy: Alzheimer, Parkinson, Tourette, autismo, etc.

Otro ejemplo de ello, es lo que el Reporte Horizon 2022, describe en su publicación, en la cual se señala que las tecnologías que se espera aparezcan en el mercado y se integren en el ámbito de formación profesional universitaria son entre las más relevantes: asequibilidad a la inteligencia artificial (IA), Big Data (minería de datos), educación basada en competencias (CBE), ciberseguridad, aprendizaje digital, aprendizaje híbrido, desarrollo de la mano de obra en TI (tecnologías de la información), análisis del aprendizaje, planificación, organización y diseño de cursos y aprendizaje en línea, trabajo a distancia.

Y por el otro lado de la moneda, tenemos a la industria militar, que también va creando sus propios prototipos de armas cada vez más sofisticados y complejos con la denominada revolución supersónica de armamentos, cada vez más letales y destructivos, de mayor eficacia y alcance, debido a que en su diseño y experimentación, van a requerir de personas que estén entrenadas en los procesos de automatización algorítmica de datos. Las guerras del futuro, no solo van a ser físicas, también meta virtuales complementadas con inteligencia artificial. 

Implica, que en lo que hasta el momento se ha expuesto en el tema de estos tres apartados, pareciera un tema de controversia paradigmática, si estamos o no a favor y de acuerdo, de crear y entrenar comportamientos que pueden afectar, en un momento dado, el desarrollo integral de los niños y adolescentes, que como se señaló anteriormente, se la viven acompañados con sus dispositivos electrónicos móviles, esto se infiere como punto de reflexión con diversas y variadas imbricaciones y rizomas interminables. Requiere entonces, para quienes dedican su tiempo profesional a la educación y a la formación de las nuevas generaciones, de los conocimientos y de las variadas formas y prácticas tecno-pedagógicas docentes aplicadas en el aula, no solo centradas únicamente en reproducir contenidos curriculares oficiales, también la conveniencia de utilizar los espacios del aula y del contexto escolar, en la preparación de habilidades y estrategias metodológicas del pensamiento crítico aplicados a la cotidianeidad de niños que persisten en estar hiperconectados y sobreinformados, sin ninguna mediación ni orientación profesional pertinente, sin ninguna atención de parte de los adultos que conviven con ellos en sus hogares. 

Requiere de un enorme reto, para que la ciudadanía tenga acceso a esta cibercultura digital, que de no controlarse, puede traer consigo diversos desórdenes mentales y socio afectivos-emocionales a largo plazo. Algunos expertos se han atrevido en señalar a estas nuevas generaciones como poco pensantes y poco interesadas en el contexto que les ha tocado vivir actualmente.

De hecho, existen evidencias de estudios relacionados con patrones de comportamiento alterados: irritación, falta de sueño en los tiempos de descanso nocturno, enojo, cansancio mental por desvelo, desaseo personal, poco interés por alimentarse, conductas constantes persistentes de aislamiento y en grado extremo posibles tendencias a la depresión y el suicidio, y todo esto, porque prefieren seguir conectados con los aparatos, esto nos revela focos rojos de alerta en niños y adolescentes que presentan estas características de exceso de consumo de estos dispositivos electrónicos.

Si a fines de la década de los años sesenta (s. XX), se hacía mención de que la televisión era la tele-niñera que alteraba los comportamientos en la infancia y adolescencia y en los jóvenes con tendencia a conductas delictivas, en estos tiempos de ciber-vigilancia digitalizada, muchos padres ni se enteran y poco les importa tener a sus hijos consumiendo el tiempo de calidad familiar, mientras "estén entretenidos" como autómatas con sus celulares y tablets. 

Podremos deslumbrarnos con toda esta parafernalia de innovaciones tecnológicas que de forma acelerada aparecen en el mercado mundial multipolar, pero también es cierto, existe una profunda desestabilización política, económica, social y cultural, que contrarresta con los intentos nobles esperanzadores de los docentes frente a grupo por educar y formar a las nuevas generaciones, a los futuros empleados que se van a integrar en el mercado laboral de la sociedad digitalizada-automatizada, sobre todo los que alcancen y logren hacerlo, y los otros tantos que quedarán rezagados y fuera del sistema (que son ya mayoría), estarían considerados parte del fracaso de los gobiernos debido a sus prácticas políticas que continúan incrementando la fila de desempleados y aumento de la fábrica de pobres expuestos a cualquier tipo de climas y círculos de extrema violencia familiar y social, lo único que les quedaría hacer, es por lo pronto, la supervivencia y su posible integración a las organizaciones del crimen organizado fuera de los focos de vigilancia y control del estado. 

Sería la población que podría revelarse en contra de los planes impuestos para controlar y vigilar a aquellos que van a decidir por sí mismos, a no ser autómatas, ni querrán tampoco ser otra generación de niños-robot, simplemente, porque su realidad es otra distinta a la que anuncian los avatares de la innovación tecnológica. Es la parte del hoyo negro latente que tendrá que ser atendida con brevedad y prontitud.

Comentarios

Entradas populares