Filosofías de la Libertad Espiritual: Retos y Desafíos en la Era Digital (3a. parte)

Una publicación de la literatura de ciencia ficción que nos trae a la mente, como pequeña introducción de la última parte del tema abordado y relacionado con las formas de pensamiento filosófico y la libertad espiritual, es la llamada tetralogía de escritor Dan Simmons, los Cantos de Hyperion, donde se narra un futuro lejano ubicado en el siglo XXVIII, la humanidad se encuentra expandiéndose en la galaxia, y en donde unos peregrinos viajan a través del espacio hacia un planeta llamado Hyperion, lugar donde se encuentra una misteriosa entidad, el Alcaudón, que es una especie sobrehumana que aparece durante esta obra como un tipo de juez implacable que utiliza el dolor y la muerte como armas de destrucción en contra de la raza humana que intente enfrentarse contra dicha entidad humanoide.

La obra de Simmons, está compuesta por cuatro temas centrales: Hyperion, La caída de Hyperion, Los viajes de Endymion y El ascenso de Endymion. Los puntos centrales de esta obra literaria, son la exploración de la religión, la filosofía, la inteligencia artificial, la evolución humana y la teoría del caos. El Alcaudón representa, por así decirlo, los puntos centrales de la obra de Simmons. Cada uno de los personajes, representa en sí, parte de la humanidad en su ciclo de evolución compleja, relacionado con lo que cada uno piensa o cree de sí mismo, pero lo más significativo, y de ahí, el ejemplo introductorio, es que Simmons, describe el enfrentamiento entre dos fuerzas opositoras. Por un lado, se encuentra la lucha de la iglesia católica, representada como un poder hegemónico de control religioso intergaláctico, y por el otro lado, subsiste el llamado TechnoCore, que viene a representar el poder absoluto de la entidad tecnológica artificial automatizada de la humanidad, conformada como una especie de conciencia colectiva separada de los humanos. Es, en esta trama literaria, la espiritualidad institucionalizada en antagonismo contra la corriente del transhumanismo.


Que, de acuerdo a esa trama literaria de ciencia ficción, retomamos algunos puntos de dicha obra, y en esta ocasión, lo transferimos en nuestro análisis reflexivo, el cual se va a enfocar, especialmente, en el auge que el 2023 trajo consigo, con la diversa exposición de los dueños de empresas dedicadas hacia el desarrollo potencial de estos sofisticados sistemas tecnológicos que se han divulgado en medios y redes sociales como IA y sus respectivos productos derivados de un proceso propio de automatización social, hacia lo que, actualmente, está en boga de expertos, y especialmente, en una corriente de filósofos críticos contemporáneos, propios de la era de la información digital, los impactos del capitalismo digital, descrito y reflexionado por ejemplo de parte de Franco Berardi Bifo, que según sus postulados teóricos y sus argumentos, es parte de una estructura de insatisfacción y de infelicidad, empobrecimiento psíquico y automatismos social, es para este autor, una representación del capitalismo absolutista de un sistema de expansión sin límites.

Otro autor igual de importante y representante de este enfoque crítico reflexivo de la era digital, lo tenemos con los análisis agudos del filósofo francés, Bernard Stiegler, cuya postura se centra en ubicar a la tecnología como parte constitutiva del hombre, es decir, un proceso de hominización, sin embargo, señala que la techné (espacio hueco), es parte externa a la filosofía misma, porque es justo donde los sofistas del pensamiento se ubican primordialmente, la considera como algo derivado y supone siempre el origen (la vida y el saber pleno). El proceso antropológico no puede, por lo tanto, estar separado de la técnica, porque puede correr el riesgo de entrar en una fase de negantropía, de acuerdo a Stiegler, significa que, debido a la influencia de la amplia gama de técnicas: cine, automatización, neurotecnología, capitalismo de plataformas, gobernanza digital y el terrorismo, son representaciones de esa fase de inicio de las redes sociales, el crecimiento de las pantallas ubicuas, la crisis global financiera, la crisis geopolítica y el terrorismo, la automatización del sistema macroeconómico, el cambio fundamental en relación con la naturaleza y el despliegue del populismo industrial generado en la era de la post-verdad (contexto de las fake news, manipulación y desinformación). 

Y en el caso de la sociedad automatizada, el autor menciona que esta misma estructura tecnológica se encuentra integralmente incorporada a una economía de los datos, esta produce una drástica reducción de los empleos en todos los ámbitos. Para Stiegler, existe una miseria provocada por las tecnologías culturales, simbólicas e informativas (circuitos de transindividuación), las cuales se han convertido en un medio para industrializar la formación del deseo al servicio de la producción, con severas consecuencias destructivas para la individuación psíquica y colectiva. Existe de manera intencionada un proceso intencionalmente retencional, es decir, que procura mantener siempre el cuidado de las prácticas que permiten controlar la individuación psíquica y colectiva de los individuos, según aportación de Gilbert Simondon sobre la historia de los sistemas técnicos y sus postulados sobre la filosofía de la ingeniería, una teoría de la técnica versus los postulados marxistas. 

Entre otras aportaciones reflexivas críticas relacionadas, también, con las formas del capitalismo de la era digital, lo tenemos con dos autores, que centran parte de sus postulados teóricos hacia los impactos derivados de la sociedad de la información y del proceso de automatización digital. Según Byung Chul Han, filósofo surcoreano berlinés, la sociedad actual, se ha vuelto incapaz de aceptar la negatividad y la diferencia, lo cual ha llevado a la sociedad actual a un concepto de sociedad de la transparencia, es decir, una sociedad donde existe una exigencia por el rendimiento de los individuos (autoexplotación), que no cuestionan su estado, porque permanecen motivados por un exceso de positividad (un yo ideal), extraído del Yo real, que se agota y presenta varios trastornos de salud: TLP (trastorno límite de personalidad), y SDO (Síndrome del desgaste ocupacional, trabajador quemado). 

Los individuos permanecen cuantificados (autoseguimiento tecnológico), gracias al sistema experto inteligente del Big Data y la minería de datos, donde existen posibilidades para predecir el control del comportamiento humano tanto en sus pautas como en su comportamiento político, por ejemplo. 

Pero no contento con ese sistema de control y autoexplotación (sociedad del cansancio), también se integra en forma de enjambre para provocar cierto tipo de ruido en las emociones desde las redes sociales, mediante dicho ruido amorfo de sobreinformación, ello convierte a las interacciones sociales en una especie de panóptico digital de la sociedad neoliberal, un sistema de dominio donde los individuos se desnudan y se exhiben de forma voluntaria, pierden, por lo tanto, su individualidad a merced del mercado capitalista electrónico digital, y aceptan además, ser vigilados.

Finalmente, la aportación del filósofo francés Eric Sadin, la centramos principalmente en dos de sus textos fundamentales críticos hacia el incremento de lo que el autor describe, lo que sucede en nuestras facultades cognitivas personales, con lo que el autor denomina como narcosis de la época: la inteligencia artificial, sobre todo, cuando estas tecnologías manipulan las formas de decisión sobre el consumo de objetos, contenidos del internet, redes sociales, compras en línea, películas y series de plataformas, etc. Señala el autor que, ahora, lo digital se concibe como una aletheia, una verdad, un develamiento y manifestación de la realidad de los fenómenos más allá de sus apariencias, y esto asume en la forma de un tecno-logos, entidad artefactual dotada con el poder de enunciar con precisión y sin demora el supuesto estado de las cosas y garantizar lo verdadero y determinar lo verdadero de todas las cosas. 

De esta forma se evocan chips sinápticos, neuromórficos, redes de neuronas artificiales, procesadores neuronales. Y todo este antropomorfismo aumentado, argumenta Sadin, que busca modelar nuestras capacidades cognitivas, a fin de elaborar, mediante la programación de algoritmos de aprendizaje, esquemas cerebrales destinados a elaborar mecanismos más rápidos, eficaces, fiables, y en su siguiente fase de evolución destinada dicha tecnología artificial hacia un antropomorfismo emprendedor, que no se queda reducido a solo a disposiciones interpretativas, sino que ya se manifiesta con un poder para emprender acciones de modo automatizado y en función de conclusiones delimitadas, una posible gestión sin errores, considerado como principio técnico universal basado en un sistema de análisis robotizado, operado en tiempo real con situaciones de diverso orden, mediante la formulación instantánea de ecuaciones algorítmicas adecuadas a las necesidades y decisiones humanas o autónomas de ellas. Esto, que ya se percibe en el horizonte, según el autor, es una tecnología de lo integral, un estatuto de cómo la humanidad se comienza ya a someter a ecuaciones de sus propios artefactos, cuyo propósito es responder a intereses privados y la instauración de una organización en función de criterios utilitarios principalmente.

La pregunta final sería, entonces, plantear si a través de las filosofías de la libertad espiritual podrán acomodarse e integrarse a esta enorme transformación automatizada de la psiquis individual y colectiva, o estará al margen y será mero espectador sentado en la Caverna de Platón con la puerta abierta interconectado a múltiples pantallas virtuales de realidad aumentada, donde se autorepresente por sí mismo, su propia esclavitud psíquica durante el presente siglo y lo que resta del milenio, si no logra salvar a tiempo su propia conciencia y evolución espiritual y la del planeta.

Comentarios

Entradas populares