Explorando Límites entre Sueños, Lenguaje y Máquinas: Una Visión de Frontera (3a parte)

 Retomando lo que se abordó en la primera y segunda parte del tema, como objeto de análisis y reflexión, respecto a los conceptos de mente, conciencia, representación simbólica, el lenguaje como herramienta fundamental para el desarrollo de las habilidades del pensamiento, que faculta a las personas a poder comunicarse oralmente y por escrito, que permite intercambiar códigos de información (bits de memoria a corto y largo plazo), que activa zonas del cerebro (base biológica y neuronal del espejo), con la cual las personas desde la fase inicial temprana neonatal, logra ponerse en contacto mediante gestos y movimientos psicomotores, le permite participar del entorno físico, familiar y socio-afectivo cultural, en paralelo se activa un sistema de percepción sensorial que le sirve de herramienta para desarrollar habilidades cognitivas y emocionales. 

Es a través del lenguaje que cobra un significado particular en la evolución humana del cerebro (filo-ontogénesis), respecto a otras especies, pero con códigos similares en su estructura biológica. Es la capacidad para aprender significados y desarrollar su aparato fonológico, que posteriormente configura patrones de palabras (desarrollo semántico), un poderoso instrumento para lograr la comprensión sintáctica de la morfología de las palabras en la edad preescolar, posteriormente avanzará a una fase superior para adquirir habilidades de comprensión y construcción de enunciados (proceso de lecto-escritura) (Berko Gleason, J., Bernstein Ratner, N., 2010; Ferreiro, E., 1971, 1982, 1984, 1986, 1990, 1998, 1999, 2007, 2008), y desarrollo de otras habilidades como sería la del pensamiento matemático y de las posibles inteligencias múltiples estudiadas por Gardner (1983), aun en estudio de ser corroboradas su aplicación en el ámbito educativo.


Pero, qué pasa con los sueños, qué tanto sabemos actualmente, aparte de las aportaciones teóricas de Freud y Jung, existen otros estudios que, por ejemplo, estudios desde el campo de las neurociencias, la neuropsiquiatría, entre otros campos de estudio interdisciplinarios, nos hablan sobre la llamada cronobiología humana (Golombek, 2003); o las otras aportaciones realizadas, por ejemplo,  para detectar problemas del sueño, asociadas, con la violencia, la persecución, la pérdida, la separación, y la muerte como elementos relacionados con la ansiedad y la inseguridad (Domhoff. G. W., Schneider, A., 2018); o el estudio donde ya se logra decodificar la actividad neuronal de la imaginería visual durante la fase del sueño (Horikawa et. al., 2013); o aquel otro estudio donde se revela los correlatos neuronales del sueño, proveniente de diferentes regiones y zonas del cerebro (Siclari, F., Baird, B., Perogamvros, L., LaRocque, J. J., Riedner, B., Tononi, G., 2017; Siclari et. al., 2017); o el significativo estudio de Hassabis et. al. (2007) sobre la amnesia hipocampal y la capacidad del cerebro humano para imaginar experiencias nuevas, considerada dicha amnesia como una discapacidad que presentan las personas para lograr una fase de sueño normal porque no logran activar su hipocampo; y, finalmente el estudio realizado por Kusse et. al. (2012) que aborda sobre la reorganización que adquiere el cerebro durante la fase de sueño de manera temporal, experimenta cambios en su actividad y desarrolla conectividad fundamental para consolidar la memoria y el procesamiento de la información.

Las posibles inferencias que podemos retomar de dichos estudios de los sueños, transferidos a la situación actual que prevalece en los avances de los productos derivados de la IA, podemos resaltar lo siguiente, a modo de tarea pendiente a ser comprobada y corroborada de manera experimental, cuasi experimental y con metodologías cualitativas:

1. La IA no puede desarrollar, por lo pronto, actividad neuronal artificial que le permita "soñar", en el sentido humano, aunque podría influir en la comprensión de los procesos mentales subyacentes a los sueños y cómo estos se podrían relacionar con el procesamiento del lenguaje.

2. La IA podría analizar y comprender los sueños mediante algoritmos y modelos de aprendizaje automático que le permitan identificar patrones  y estructuras de los contenidos de los sueños.

3. Si la IA lograra comprender los sueños, ¿qué implicaciones tiene para la privacidad y la seguridad de la información personal?, ¿Cómo se manejarían los sueños que contienen información confidencial o sensible?

4. Si, en caso de que la IA pudiera revelar patrones y estructuras de los sueños, que no se hayan observado antes, esto podría ayudar a comprender mejor cómo el cerebro procesa la información y cómo se relaciona con la conciencia y creatividad.


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