Aprendizaje Profundo: Modelo Propuesto para América Latina y el Caribe (2a parte)

 El considerar que la propuesta de la nueva pedagogía que deriva hacia la creación del aprendizaje profundo, de acuerdo al importante planteamiento que de manera inicial M. Fullan y María Langworthy (2013, 2019) y más adelante con la participación y colaboración de otros expertos, Fullan como coordinador principal de este ambicioso e innovador proyecto en la que se involucraron también, la participación de varios países (Canadá, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Australia), y resaltamos entre ellos, al Uruguay como actual representante de la región latinoamericana y del Caribe, da por sentado que existe una oportunidad para que los sistemas educativos, atiendan de fondo la problemática del proceso de enseñanza y aprendizaje, se ajusten, adapten y renueven sus propias capacidades institucionales, y se logre reorientar las políticas educativas, son parte de este enorme desafío, porque ello implica modificar la estructura institucional de la escuela, la cultura y las tradiciones de las prácticas pedagógicas, que aún prevalecen, pero con resultados poco favorables de logro en el nivel de aprovechamiento, como situación actual después de la pandemia, sigue en esa fase de rezago y avance lento para lograr las metas de la Agenda 2030 propuesta por Naciones Unidas.

Los aspectos principales mencionados en la primera parte, hicieron hincapié sobre el supuesto que el aprendizaje profundo se centra en la resolución de problemas y la aplicación de conocimientos en contextos reales. Esto significa, que en el espacio de la escuela, es donde tienen que darse las condiciones para que los estudiantes del nivel básico o de otros posteriores niveles escolares puedan, junto con los docentes, comprometerse y ser responsables de su propio aprendizaje, el cual requiere de herramientas, estrategias y metodologías de abordaje didáctico y tecno-pedagógico, que posibiliten las limitadas condiciones para realizar el trabajo educativo en las aulas, también, para que puedan activar espacios de comunicación, diálogo, cooperación y colaboración, en la construcción de conocimientos complejos y significativos a través de dicha interacción y de intercambio cultural de experiencias significativas de manera permanente entre estudiantes y docentes, entre directivos y padres de familia, ahora convertidos en comunidades de autorregulación cognitiva metacognitiva y práctica educativa.

El modelo se apoya en las denominadas Nuevas Pedagogías para el Aprendizaje en Profundidad (NPDL), las cuales buscan integrar la tecnología, la pedagogía y el cambio para mejorar la educación. Este modelo llega a ser parecido al modelo propuesto por Mishra y Koehler (2006), planteado, a su vez, por Schulman (1986), en la cual el Conocimiento Tecnológico Pedagógico del Contenido (TPACK), está  orientado en un principio, más bien, hacia la educación superior, pensado principalmente para la formación continua de docentes (Cejas León, R., Navío Gámez, A., Barroso Osuna, J., 2016). El énfasis en el caso del Modelo de Fullan et.al.(2019), se centra en la idea de crear redes de liderazgo integradas por directivos, docentes frente a grupo y estudiantes. La propuesta de dichas redes es para fomentar la colaboración y el aprendizaje recíproco como punto fundamental para impulsar el cambio de la educación.

En ese sentido, el aprendizaje profundo requiere de estudiantes empoderados, es decir, que deban ser capaces de tomar un papel activo en la elección, el logro y demostración de sus objetivos de aprendizaje, informados por las ciencias del aprendizaje; que sean los propios estudiantes que reconozcan los derechos, responsabilidades y oportunidades de vivir, aprender y trabajar en un mundo digital, estrategia parecida a la que Domingo Farnós nos propone con su enfoque de educación disruptiva, donde lo más importante, es la de promover que "el trabajo es el aprendizaje"; de ahí entonces, la necesidad de promover el liderazgo pedagógico basado en la colaboración y el trabajo en equipo, cuestionando ideas y fomentando la participación de pares, retroalimentando y ofreciendo apoyos, reconociendo patrones, construyendo sinapsis cognitivas a través de procesos algorítmicos, mediante la IA generativa, como metodología propuesta de entrenamiento de las máquinas de aprendizaje (machine learning), a fin de alcanzar niveles óptimos de mejora, integración de la curricula que atienda diversas necesidades personalizadas de aprendizaje de cada estudiante, fomente la inclusión y resiliencia entre los grupos y comunidades de práctica, y entre las redes de enseñanza-aprendizaje como componentes sustantivos de evaluación diagnóstica y reajuste continuo del modelo implementado, de acuerdo a las necesidades regionales de los sistemas educativos que necesiten dar ese paso hacia su propia transformación, o en su caso particular, prepararse en esa fase de alfabetización y entrenamiento cognitivo digital. 

Eso va a requerir de un largo periodo de asimilación-adaptación-ajuste (génesis cognitiva-constructivista) en proceso de cambio y modificación, de acuerdo a las circunstancias socio históricas, culturales que se presenten en cada contexto escolar de cada país de la región.

Finalmente, si pensamos que será a través del aprendizaje profundo como se podrá adaptar a las necesidades individuales de los estudiantes, queda una enorme tarea para que en los planteles escolares también se eduquen las habilidades blandas, aquellas con las cuales, se toma en cuenta el desarrollo del pensamiento crítico, la inteligencia emocional, la asertividad, la mutua confianza, el respeto hacia los otros, el diálogo constante, el intercambio fresco de ideas y formas de pensamiento para la resolución de problemas y la oportuna toma de decisiones, el uso de la creatividad como fuente de conocimiento, son en sí, parte de las habilidades que tendrían que fomentarse y promoverse a lo largo de la vida, son parte de la enorme riqueza que podremos brindarles a las nuevas generaciones para que aprendan a sobrevivir en adelante a las próximas décadas del presente siglo.

En la tercera parte, abordaremos, con más detalle, la importancia de implementar el aprendizaje profundo en la región de América Latina y el Caribe, puesto que ya existe un notable ejemplo con el país hermano de Uruguay, y, por lo tanto, urge continuar replicando dicha exitosa experiencia pedagógica en otros países, cuyo propósito clave será la necesidad de desarrollar programas de capacitación para docentes que puedan adaptarse a ese nuevo modelo de aprendizaje. Igualmente, se requiere que los gobiernos y las instituciones educativas se involucren más en la implementación del aprendizaje profundo, esto solo lo dirá quienes verdaderamente muestren su voluntad, confianza y se involucren de lleno en esta ambiciosa empresa de mejora y oportunidades para la educación en la era digital y de la inteligencia artificial.  

  

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