La Generación Beta y la Educación en la Era Digital: Desafíos. Oportunidades y Futuros (3a parte)

Un experimento educativo notable que fue realizado en la India, coordinado por el Dr. Sugatra Mitra, investigador en educación digital, en la provincia de Kalkaji, Nueva Delhi en 1999, denominado "Hole in the Wall", se considera una experiencia que permitió, de alguna manera, el entendimiento de cómo los niños pueden aprender de manera autónoma y sin supervisión directa, en entornos impulsados por tecnología. A través de este proyecto, el cual marcó un hito en la educación alternativa, tiene una relación directa con el estudio de la generación "beta", los (as) nacidos (as) entre 2015-2025, ya que esta generación crecerá en un mundo completamente tecnológico, un entorno donde será el autoaprendizaje mediado por herramientas digitales parte de una realidad cotidiana, sin embargo, estaríamos pensando en un mundo ideal donde todos podrían tener acceso universal a la información y al conocimiento, pero la realidad actual nos dice lo contrario, porque existen regiones del mundo, donde ni siquiera tienen acceso a electricidad o a otro tipo de recursos hídricos y energéticos, además de infraestructura tecnológica para propiciar el uso de dichas herramientas digitales disruptivas.

Las principales aportaciones de la experiencia educativa del proyecto de Mitra se centra en los siguientes aspectos. En primer lugar, podemos mencionar cuando el experto logró instalar una computadora en una pared de un barrio pobre, accesible para que los niños de la comunidad, tuvieran la oportunidad de aprender a usar la tecnología y adquirir conocimientos por si mismos, sin instrucción ni supervisión alguna. Los resultados mostraron que, incluso sin guía, los niños podían aprender a usar la computadora, explorar en internet y adquirir nuevos conocimientos de forma colaborativa. Este proceso fue denominado por Mitra como "aprendizaje mínimamente invasivo". De los principales descubrimientos de este proyecto, se relacionan principalmente con: el aprendizaje autónomo, donde los niños muestran una capacidad innata para aprender de manera autodirigida cuando se les da acceso a herramientas tecnológicas adecuadas; la colaboración natural, demuestra que los niños tienden a trabajar juntos, compartiendo conocimientos y aprendizajes, lo que logra potenciar el aprendizaje colectivo; la motivación intrínseca, Mitra descubre que los niños al mostrar curiosidad e interés natural son suficientes para impulsar el aprendizaje, sin necesidad de supervisión adulta constante; la reducción de barreras, que consiste en el acceso a la tecnología que permite democratizar el aprendizaje, y permite que los niños de clases desfavorecidas puedan adquirir conocimientos.

Con estos descubrimiento, Mitra desarrolla el concepto de "Entornos de Aprendizaje Autoorganizados" o SOLE, el cual tiene las siguientes características clave para su comprensión. Por ejemplo, cuando los niños se organizan por si mismos sin intervención directa de algún adulto que funja como docente, aun cuando el educador puedan guiar y facilitar el proceso de aprendizaje, se promueve la "autoorganización". Cuando los niños logran plantear preguntas abiertas que les abra la curiosidad y fomenten la "investigación autónoma". El otro aspecto significativo de esta experiencia particular, es cuando los niños logran trabajar en grupos pequeños de cuatro integrantes, esto promueve un aprendizaje social colaborativo. 

El uso de la tecnología a través del Internet es esencial para la búsqueda de información y gestionar el conocimiento. Cuando esta experiencia educativa ya se transfiere a un contexto escolarizado el rol del docente es la de un facilitador que como mero transmisor de información que oficialmente se traduce en la reproducción de contenidos curriculares oficiales, esto permite a los estudiantes explorar mediante su libertad de intereses. De ese modo, los participantes de dicha experiencia grupal les permite cambiar de grupo cuando lo deseen y moverse libremente entre ellos para compartir ideas y experiencias. Es entonces la oportunidad para que el aprendizaje sea impulsado por intereses comunes y posiblemente estimulado por el apoyo de algún adulto, lo que puede aumentar la motivación de los estudiantes.

En el caso de la generación Beta, estos principios se amplifican debido al acceso temprano y constante a tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial. Esto sugiere que los Beta tendrían un enfoque más autodirigido, colaborativo, personalizado, desafiando los sistemas educativos tradicionales y exigiendo modelos más flexibles y adaptativos, alineados con los principios de aprendizaje mínimamente invasivos propuestos por Mitra.

Otra mirada y visión sobre esta generación la tenemos con los estudios realizados por Sonia Livingstone y otros (2020), acerca de la importancia de la ética digital. La autora señala que es crucial enseñar a los niños valores y comportamientos éticos en el entorno digital, como el respeto a los demás, el pensamiento crítico y la autorregulación. En relación con los Beta, estos crecerán interactuando con otros humanos, y a su vez, con sistemas automatizados IA y entornos virtuales. Esto requerirá una educación ética más profunda, que incluya temas como el impacto de sus acciones digitales, la privacidad y la seguridad en línea. En ese sentido, los padres de familia tendrán un papel esencial en inculcar habilidades de ciudadanía digital  responsables desde edades tempranas. La aportación de Livingstone en su estudio y libro en colaboración con otros expertos, "EU Kids Online 2020, son resultados obtenidos de 19 países, se introduce la importancia del acompañamiento activo, donde se introduce la idea de la "mediación activa", en la que los padres no solo supervisan, sino que participan activamente en el uso de la tecnología con sus hijos, discutiendo contenidos y ayudándoles a desarrollar habilidades críticas. 

Para los Beta, el acompañamiento activo será crucial, ya que estarán expuestos a tecnologías que pueden influir profundamente en el desarrollo cognitivo y emocional. Esto significa que los padres tendrán que involucrarse en las actividades digitales de sus hijos, tales como el hecho de poder explorar juntos plataformas educativas, discutir el contenido que consumen y enseñarles a navegar de manera inteligente en Internet. Eso significa la necesidad de preparar a los niños no solo para usar la tecnología actual, sino también, para adaptarse a un futuro en constante evolución tecnológica. Si pensamos que los Beta van a crecer en un mundo donde la inteligencia artificial y la automatización transformarán las habilidades necesarias para el éxito. Los padres tendrán que fomentar en ellos las competencias clave como el pensamiento crítico, la creatividad, la adaptabilidad y la colaboración digital.

Por su parte, Andreas Schleicher, actual director de la OCDE, ofrece elementos de reflexión sobre el futuro de la educación. Enfatiza la necesidad de desarrollar habilidades y competencias, en lugar de centrarse únicamente en la memorización de contenidos. Según él, los sistemas educativos deben adaptarse para enseñar menos, pero con mayor profundidad, ayudando a los estudiantes a adquirir herramientas que les permitan navegar en un mundo complejo y cambiante. Esto es especialmente pertinente para la generación Beta, que enfrenta ya, el día de hoy, desafíos globales como el cambio climático y la desigualdad social. 

Schleicher ha subrayado la importancia de preparar a los jóvenes para convertirse en ciudadanos globales. Señala que, aunque los estudiantes reconocen la importancia de cuidar el medio ambiente, pocos sienten el poder para hacer un cambio significativo. Esto indica una brecha entre el conocimiento y la acción, sugiere que la educación debería enfocarse en empoderar a los jóvenes para que estos se conviertan en agentes de cambio. Esta perspectiva es crucial para entender cómo la generación beta puede interactuar con problemas globales.

En ese sentido, Schleicher resalta la importancia de la "adaptabilidad cognitiva" como una competencia esencial. Los jóvenes deben estar abiertos al cambio y ser capaces de adaptarse a nuevas situaciones, porque con esta capacidad de adaptación será fundamental y de manera particular y significativa para la generación Beta, ya que enfrentarán un futuro incierto marcado por avances tecnológicos y cambios sociales históricos de gran envergadura.

Es el caso del siguiente tema que vamos a abordar en la nueva publicación, donde se abordará el contexto de la cibercultura en tiempos de la sociedad disruptiva del presente siglo.

Comentarios

Entradas populares