Primer campo: Visión de las ciencias del aprendizaje "@"

El primer campo que hemos dispuesto desarrollar como parte de los campos emergentes para educar y enriquecer la polémica discusión sobre la visión filosófica  del siglo 21: el Transhumanismo. Es parte de lo que vamos a integrar en esta primera parte de la reflexión tecno pedagógica, porque creemos relevantes las aportaciones realizadas hasta el momento por el CERI (Centro de Investigación e Innovación Educacional), integrado a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). 

A través de este organismo internacional se han realizado una serie de investigaciones en torno al estudio del cerebro humano que da inicio en 1999 cuyo propósito era en ese momento, la de promover una estrecha colaboración entre las nacientes ciencias del aprendizaje y las investigaciones del cerebro humano, asociada a una estrategia de vinculación entre investigadores y políticos, tomadores de decisión de este este organismo. La decisión de partir desde este discurso científico de vanguardia, va a permitir que se establecezca una relación con la base teórica bien sustentada desde estos campos de estudio interdisciplinarios, mismos que tomaré con especial interés para la segunda parte de esta reflexión, especialmente sobre el campo de las denominadas neurociencias cognitivas, un apartado que me lleva a revisar lo que se pueda inferir y aportar a esta visión transhumanista del cual observo de entrada, un ambicioso impulso hacia un posible determinismo científico-tecnológico que impera como doctrina central del neo-evolucionismo. De ahí, entonces mi sospecha infundada, sobre las intensiones no develadas de este movimiento filosófico, que curiosamente parte de las visiones futuristas de los escritores de ciencia ficción que había mencionado anteriormente.

Pero regresando de vuelta con esta primer reflexión, de las ciencias del aprendizaje, la revisión de las reflexiones relevantes vistas por el enfoque de las ciencias cognitivas y la experiencia humana de acuerdo a los postulados particulares de Francisco Varela, Evan Thompson y Eleanor Rosch (1992), sobre la enactividad cognitiva (segundo campo emergente), viene a ser un referente teórico de avanzada y me atrevo a decir, adelantado para esta época contemporánea del siglo 21, porque aun no se vislumbra mucha comprensión sobre sus aportaciones.


Las ciencias del aprendizaje que están integradas al campo de investigación de las neurociencias, entre ellas las ciencias cognitivas, abre un campo revelador, porque en los avances reportados desde el año que se inicia su ardua labor, el CERI, ha venido a fundamentar en gran parte, la comprensión sobre lo que es en sí la estructura y funciones del cerebro humano, en condiciones de experimentación en laboratorios, donde los hallazgos han sido significativos para comprender, por ejemplo, ¿qué es el aprendizaje?, ¿cómo es que aprendemos lo que aprendemos?, ¿dónde y con quién aprendemos?, ¿a través de qué aprendemos y dónde aplicamos dicho aprendizaje?

Han sido uno de tantos planteamientos surgidos de estos estudios y reportes, mismo que han sido considerados para continuar de manera comparativa, con la aplicación y establecimiento de estándares internacionales en relación con las aptitudes en el aprendizaje de las matemáticas, las competencias de lecto-escritura, las aptitudes para comprender la ciencia y aplicar todos estos conocimientos para resolver problemas inmediatos o para saber tomar decisiones importantes que pueden alterar el rumbo de la educación en los países miembros de la OCDE, los beneficios de todo estos esfuerzos, los desarrollará cada país, o en cada región, de acuerdo a los resultados obtenidos por la famosa prueba PISA, que se aplica desde hace varios años en adolescentes de secundaria, estudiantes de medio superior y a nivel universitario, con el propósito de tener ciertos parámetros e indicadores que señalen el estado y diagnóstico que cada país presenta en cuanto a su nivel de desarrollo educativo. 

Esto obviamente ha causado mucha polémica en algunos países, como el caso de México que ha salido mal evaluado, muy a pesar de las autoridades educativas que han tratado de justificar los grandes gastos en el rubro de educación, esto no se manifiesta ni se proyecta de manera favorable en las estadísticas y en las gráficas internacionales. 

Por eso me permití hacer un pequeño paréntesis de todo lo que hasta el momento he argumentado y me preocupa en lo personal, porque observo en el caso del transhumanismo, donde se prevee una sociedad del futuro inmediato, donde la sociedad va a convivir y compartir, pensamientos, sentimientos, valores, proyectos, expectativas, hasta relaciones sexuales con hombres-máquinas inteligentes llamadas androides o robots humanoides, por así decirlo, con un mayor potencial cognitivo y físico, que inclusive pudieran llegar a desplazar al recurso capital humano. Si las aportaciones de las ciencias del aprendizaje avanzan de manera significativa y considerable respecto a la comprensión del aprendizaje, que por cierto, de acuerdo a la OCDE, la educación para el futuro va a ser cada vez más personalizada: ¿qué significa esto?, simplemente que gracias a estas investigaciones neurocientíficas, las autoridades educativas de los países, van a poder en diez o treinta años más adelante, tener en sus mesas de trabajo, un mapa parecido al Proyecto Genoma Humano, es decir, una especie de cartografía ADN del cerebro, donde podrán detectar entre otras cosas, problemas de discalculia, dislexia, etc., y donde van a poder atender de raíz todas estas problemáticas: un Mundo Feliz huxleyiano, con una fuerte afrenta, discriminación y selección artificial no-humana de la bioingeniería puesta en práctica inmediata, como si fuera un enorme y sofisticado programa holográfico neuronal pegado en la pared de las oficinas de educación, donde especialistas en bioingeniería pedagógica podrán detectar y diagnosticar estas anomalías, para corregirlas o tal vez, para extirparlas totalmente mediante sistemas sofisticados de neurocirugía virtual a distancia (en línea). 



Suena a total humor de novela de ciencia ficción, pero me atrevo a usar mi imaginario colectivo, desde ese ángulo de visión, para pensar que así pudiera ser una de las intensiones no declaradas a la sociedad, de lo que pretende llevar a cabo la visión transhumanista. 

Las actuales ciencias del aprendizaje estarían colaborando afanosamente desde estos momentos para esa causa. El hecho de estar interesados los neurocientíficos en cómo es que aprende el cerebro a lo largo de toda la vida, es un punto de partida que nos llama la atención, porque si bien esto va a contribuir a también preocuparse en la alimentación y nutrición de las poblaciones (eso espero), o va  a ser para aplicar políticas un tanto discriminatorias selectivas, no sólo para comparar el potencial cognitivo por edad, sexo, condición y calidad de vida de los posibles recursos humanos que se irán incorporando a un mercado global competitivo de trabajo o profesión o que actualmente están en esa fase de escolarización básica, o se están formando en las universidades. 

Lo que se infiere aquí, es que se vislumbra la aplicación planeada y aventajada de medidas de control social que preveen y visualizan para ese futuro inmediato, qué regiones y estados-nación van a lograr tener la capacidad para atender a las nuevas generaciones de niños, adolescentes, jóvenes y de la tercera edad, en relación con el desarrollo cerebral y sus capacidades neurocognitivas. Si por ejemplo, en países subdesarrollados de África, Medio Oriente o de América Latina, van a presentar problemas asociados con la salud mental, especialmente de aprendizaje, debido entre otras causas, a la mala alimentación, a las condiciones de vida en la familia y hogares, a la economía. 

De alguna manera repercute que un niño (a), un adolescente o un joven pueda o no acceder a la educación universal y el acceso a una carrera profesional que tanto menciona la Unesco en sus declaraciones y cumbres mundiales. Lo que ya es cierto, es una clara división social, pero ahora centrada y registrada como brecha cognitiva y digital, en relación al acceso a la información y al conocimiento, a través de las TIC. La preocupación entonces de todos estos estudios del cerebro humano de alguna manera tiene que estar asociado a las demandas del ambiente y del contexto inmediatos para que se pueda verificar sobre la llamada plasticidad de las capacidades mentales que una persona a lo largo de su vida podrá desarrollar, siempre y cuando estén las condiciones dadas para su realización. 

Es decir, que dicha persona cuente desde su infancia con una buena alimentación y estado de salud plenos, que en su hogar exista armonía y buena situación económica para que esto sustente el nivel de calidad de vida de esa persona y de acuerdo a las necesidades de desarrollo integral, sea del sexo de donde provenga o se decida llevarlo a cabo, como parte de un proyecto personal de vida y de cómo logre insertarse en la sociedad que le tocó vivir. Parte de estas ayudas respecto a su humanidad, va a depender si los científicos promotores y nacientes empresarios del transhumanismo lo tienen tomado en cuenta, por lo menos a nivel general, así lo dejaron declarado, pero no queda estipulado ni especificado a qué tipo de población, donde se supone van a poner en práctica su visión filosófica de ciencia ficción.

Si las aportaciones de las ciencias del aprendizaje pueden, por así decirlo, beneficiar en el diagnóstico sobre el escaneo cerebral y sus neurofunciones acerca de por qué existen ciertas diferencias por edad, sexo, o de proceso de plasticidad cognitiva entre los individuos de determinada raza o cultura y condición de vida, también es cierto que es urgente que desde los gobiernos de cada país miembro de la OCDE, sobre todo aquellos países que se encuentran al final de la fila (caso México), se interesen, preocupen y apliquen medidas, más no parches ni reformas educativas perentorias sexenales que inician y parten de nuevo, cada vez que se cambia la administración del gobierno, es decir, que dejen de simular la política educativa y realmente transformen su misión y visión educativa. No quiero detenerme más en este punto.



La reflexión tecno pedagógica es un marco referente que nos haga comprender las implicaciones que ya trae consigo este discurso complejo de las ciencias del aprendizaje, discurso bien elaborado e instrumentado al que solo lo observamos en parte cuando se aplican las mencionadas evaluaciones comparativas internacionales de aptitudes y niveles de aprovechamiento a alumnos de educación básica, media superior o a estudiantes universitarios. Se están invirtiendo grandes cantidades de dinero para llevar a cabo estos estudios e investigaciones los cuales se reportan en congresos o en revistas especializadas (journals), aunque ya comienza a abrirse el acceso a los artículos (papers) sobre estas investigaciones, aun la comprensión es compleja, por eso se requiere para su análisis e interpretación y  de un trabajo colectivo profesional interdisciplinario, que permita tener lecturas claras y precisas de por donde van los tiros y el estado del arte en el campo de la investigación en las neurociencias y ciencias cognitivas, que nos expliquen con precisión sobre los problemas y dificultades que están hallando en cuanto a las malformaciones cerebrales o neuronales, malos funcionamientos y/o problemas del programa computacional del cerebro, pero es solo esa la lectura, porque como mostraré y desarrollaré en el siguiente campo emergente, las neurociencias solo abarcan parte del mapa de entendimiento científico (epistemológico, ontológico) sobre el cerebro humano, pero falta que expliquen con más detalle y fineza, lo que pasa por ejemplo, en cuanto a la experiencia humana: ¿qué sucede en nuestro parte interior cognitiva (enactiva)?, eso lo aborda la aportación del equipo de Varela y estudiosos de las ciencias cognitivas: una aportación alternativa, para comprender cómo se podría enriquecer de manera educativa la visión de los transhumanistas, porque no solo se trata de la evolución de nuestra especie hacia algo más artificial, tiene que buscar su trascendencia y su verdadera sustancia.

Bibliografía consultada

Dumont, Hanna, David Instance and Fco. Benavides (2010) The Nature of Learning: Using Research to Inspire Practice. Paris, OCDE/CERI 
OCDE/CERI/Universidad Silva Henríquez (2007) La comprensión del cerebro. El nacimiento de una ciencia del aprendizaje. París, OCDE/USCH
OCDE/CERI (2008) 21st Century Learning: Research, Innovation and Policy. Paris, OCDE
Sawyer, Keith (2008) Optimising Learning: Implications of Learning Sciences Research. Paris, OCDE/CERI




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