Telepresencia o el dilema del Cyborg (3a. parte)

En esta última sección del artículo que esperamos ya concluir lo que hemos abordado en las dos partes anteriores respecto al significado del fenómeno actual de la Telepresencia como una tecnología a disposición de las organizaciones e instancias (públicas y privadas), donde se producen y se comparte información precisa para tomar decisiones y resolver problemas, pero con consecuencias importantes sobre la construcción social de la realidad.

En esta ocasión, nos centraremos en abordar la reflexión y el análisis de ese dilema que tiene relación con los impactos de las tecnologías físicas y virtuales en la percepción y cognición humanas, sobre todo, cuando existe de por medio una disposición y tendencia a poder alterar la realidad inmediata y concreta del mundo, como bien señala Tomás Maldonado (1994), el uso de esta tecnología (instrumento cognoscitivo) entra un proceso de desmaterialización, y en contra de la posibilidad de que la raza humana alcance niveles de espiritualidad dentro de la escala evolutiva filogenética, cuando analiza este autor, que es la única especie con capacidad de verse reflejada y representada a través del espejo, como terreno aun inexplorado, esto a pesar de la valiosa aportación narrativa fantástica imaginaria de Lewis Carroll y su Alicia a través del Espejo, aun quedan suficientes dudas y planteamientos, que nos explique a detalle por ejemplo, ¿por qué tenemos, como humanos, esa capacidad de realizar construcciones icónicas (imágenes) que pueden ser producidas y alteradas de manera artificial mediante programas informáticos digitales?, ¿por qué es un tema de curiosidad permanente en el cual nos podemos representar de manera simbólica nuestro cuerpo en un alter ego o avatar?, ¿eso significa que es también parte  de nuestra creación personal conectado al imaginario colectivo asociado directamente con la historia de las civilizaciones y culturas del mundo?


O simplemente se trata de lograr la adquisición de lo que el escritor Stanislaw Lem configuró en su obra literaria de ficción científica como una identidad fantasmagorica (fantasmática), porque está integrada dentro de una máquina determinada y programada para que lleve a efecto, todas esas acciones que fueron expresamente planeadas por los diseñadores gráficos y programadores de computadoras. Esto hasta donde nos llevará como especie en proceso de construcción histórica, social y universal, porque eso también cuenta como parte del dilema planteado a la creación del Cyborg, a la máquina inteligente construida y programada, cuya estructura orgánica y artificial pueda responder a los problemas del mundo para lograr su libertad y existencia de vida permanente, aun no lo sabemos.

La intención y la finalidad de jugar a ser dioses, o de alcanzar niveles de pensamiento para reflexionar las posibles relaciones entre el ver, percibir y posteriormente saber acerca de la realidad de los objetos que están ahí desde antes que nosotros naciéramos y creciéramos experimentando la realidad del mundo físico (externo), son cuestiones primordiales que nos aproximan al conocimiento a través de nuestras propias representaciones simbólicas que configuramos mentalmente mediante el lenguaje como herramienta del pensamiento, pero también y de manera anterior, mediante la construcción de imágenes cuya familiaridad o desconocimiento, podemos pensar que así es lo que construimos en nuestra propia realidad inmediata, porque nos circunda y nos envuelve, y no porque hayamos elegido de manera arbitraria que así se den las cosas y las situaciones, a menos que exista una conexión oculta en nuestro programa psíquico con respecto al entorno físico que construimos mentalmente o tratamos al menos de permanecer en ese yo psicológico y logramos asociarlo más o menos, a un puente o enlace con el otro ser trascendental con la intención previa, motivo y propósito de que estemos vivos construyendo realidades individuales y sociales con los otros, pero aun así, no somos capaces de ver su totalidad, porque sólo se nos permite, según las neurociencias, ocupar el 22% de nuestra capacidad mental para darnos cuenta de todo lo que realmente sucede a nuestro alrededor, es decir, que no logramos desdoblarnos para anticipar los eventos y las posibles aperturas del tiempo (Garnier Malet, 2015).



De modo que esto nos permita lograr el punto de equilibrio pensado y sentido en todo su esplendor, porque es donde también existen límites y resistencias individuales, grupales y colectivas que no permiten los cambios y transformaciones que se requieren en los sistemas ni en las propias estructuras de la Matrix, porque existen controles y poderes fácticos, a los cuales sólo les interesa mediatizar y mantener el orden de su poder sobre las demás instancias sociales, culturales, económica-financieras, educativas, profesionales, etc., mediante la creación sofisticada de herramientas y máquinas, programas y arquetipos simbólicos que puedan abiertamente manipular a nivel inconsciente lo que tienes que pensar o sentir, con quién te puedas relacionar, qué es lo que tienes que consumir en tus formas de vestir, en tu dieta diaria, en qué te puedes divertir y recrear tus tiempos muertos, de ocio, etc., porque todas tus acciones y realizaciones diarias tienen que estar cubiertas y ser atendidas profesamente por expertos y especialistas a través de la manipulación de realidades ficticias e imaginarias.

Es ahí donde cobra vida la Telepresencia, donde todo pueda ser registrado, observable y visible para los ojos avisores del sistema, donde existan cámaras de video colocadas en las calles cercanas a tu hogar, o cuando viajas en transportes personales o en subterráneos, es el momento para seguir tus trayectorias de ida y vuelta, o inclusive, alcanzan a tomarte fotografías para ser considerado como "persona de interés" para la seguridad nacional. Eso se convierte en una especie de ecosistema perfecto de espejos donde se logra observar y detectar una realidad reflejada y representada de una civilización llena de imágenes sobrepuestas, hasta alcanzar el nivel de un "collage", donde la identidad personal se diluye y se transforma en una masa amorfa, o también alcance la peculiaridad de representarse mediante esferas dentro de esferas, donde el cuerpo de la humanidad actual esté convertido en un nuevo estado de inmunidad cubierto a su vez, por una piel electrónico-mediática como lo reflexiona el filósofo alemán Sloterdijk (2003), sin posibilidad alguna de tomar conciencia  de su propio psiquismo (Bachelard, 1960).

Conclusión
La tarea pendiente para todos (as) los (as) que nos dediquemos a preservar y transformar los proyectos de la cultura universal de esta humanidad la cual continúa en su arduo proceso de transformación, y  a pesar de las tragedias de las guerras. las enfermedades, desequilibrios financieros, malestares políticos-ideológicos epidémicos y endémicos de la corrupción en su más alta representación teatral y mediática, el reto por adquirir nuevos niveles de calidad de vida es el espejo y la puerta donde podremos asomar para resignificar nuestra historia personal y colectiva, para trascender el sueño Cyborg de las ovejas eléctricas (Phillip K. Dick, 1968), el que nos impide observar más allá nuestros propios límites entre lo natural y artificial para mejorarlos y transformarlos hacia nuevos niveles de espiritualidad cósmica. Ahí está la tarea que quiero compartir en estos momentos, para llevarla a cabo. Hasta la próxima.

Referencias consultadas

Bachelard, G. (2014). La poética de la ensoñación. 7a. reimpr., México, Breviarios, FCE, 321pp.
Castellano, M. (2011). "El concepto de representación mental como elemento epistemológico de la psicología". Revista Límite de Filosofía y Psicología, Vol.6, Núm. 24, pp. 55-67 [http://www.redalyc.org/pdf/836/83622474005.pdf]
Dick K., Philip (2012). ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? España, Edhasa, 164pp. 
Garnier Malet, J.P. y Alice G. M. (2015). Cambia tu futuro por las aperturas temporales. España, Arkano Books, 244pp.
Maldonado. T. (1992). Lo real y lo virtual. España, Gedisa, 261pp.
Sloterdijk, P. (2014). Esferas I. 5a. ed., España, Siruela, 583pp.


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