Retos del aprendizaje digital para romper la brecha digital en la escuela (1a.parte)

Si uno de los fuertes retos que actualmente enfrenta la escuela del sector público, está asociado directamente con la falta de infraestructura tecnológica: aulas equipadas con equipos de cómputo conectados al Internet, se conjunta con la baja o nula capacidad de los docentes para desarrollar sesiones de clases mediante el uso de las TIC, porque tal vez no han recibido cursos o talleres donde se les certifique que pueden demostrar en su práctica pedagógica cotidiana sus competencias (saberes digitales) que les permita por ejemplo, la elaboración de materiales educativos que promuevan e incrementen la interactividad y el desarrollo de estrategias colaborativas de aprendizaje. Aun se está muy lejos de que se alcancen esas metas y objetivos para "modernizar" y mejorar los planteles escolares.



Este asunto particular que afecta a la mayoría de población, se ha convertido en una medida de grandes discursos mediáticos donde los funcionarios encargados del sistema educativo, anuncian mejoras y transformaciones sustantivas, pero de fondo no se percibe nada nuevo e innovador en el horizonte, porque simplemente, tampoco existe claridad sobre el uso y distribución de los fondos financieros, que si bien son muy peleados por las instituciones que conforman dicho sistema educativo, existe una falta completa de cultura organizacional, apoyo y complementariedad en la toma de decisiones entre los directivos de las distintas instancias del gobierno federal y estatal, porque está de antemano, primero anunciare y activar proyectos que de inicio son prioritarios, durante su puesta en escena, los cuales se ajustan, y también al mismo tiempo, va decreciendo el compromiso y la responsabilidad social de los agentes actores responsables de promover esos mecanismos de gestión y administración, porque simplemente se diluye su interés y se fragmentan las prioridades en el trayecto, sobre todo, si no se logran los productos esperados.



Esto quiere decir, que se sigue con las prácticas de simulación institucional que no dejan cuajar ni consolidad dichos proyectos, donde se supone se va a promover nuevas formas creativas e innovadoras en el proceso de enseñanza aprendizaje, esto se queda truncado en el camino para cualquiera intención que vaya encaminada hacia el logro de esos cambios propuestos, porque en ocasiones no cumplen con el requisito de planificación anticipada, sino que obedece a responder en el corto y mediano plazo, a meros "bomberazos" administrativos: para justificar el presupuesto, aun cuando este de por medio la viabilidad y factibilidad de su operación en las diversas dependencias de educación que supuestamente tendrían que estar conectadas y comunicadas, lo que sucede en la práctica es otra cosa completamente ajena a lo que se plantea en los documentos. Lo más importante es manejar una imagen maquillada y simulada institucional para lograr reconocimiento oficial de Estado, pero sin fondo ni sustancia trascendente.

Esto es solo la muestra de lo que sucede en el caparazón de las instituciones y dependencias educativas de nuestro país. En la siguiente publicación hablaremos de la realidad que viven los docentes y alumnos de las escuelas públicas: donde no existen condiciones físicas ni laborales para que un (a) profesor (a) logre promover con sus alumnos, eso que la tecnología educativa del siglo XXI quiere fomentar en las nuevas generaciones: el aprendizaje digital.

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