Mitos, Retos y Desafíos de las Neurociencias y el Aprendizaje (1a. parte)



En esta nueva publicación que iniciamos, se va a abordar el tema que es ya parte de un sinnúmero de publicaciones, eventos de distinto carácter, los cuales van desde conferencias magistrales, hasta cursos y talleres de formación y actualización profesional, sin tomar en cuenta la cantidad de libros y materiales que se han producido en varias décadas, especialmente en el año que promovió Henry Markram, coordinador del Proyecto Human Brain, que dicho sea de paso, marco una etapa importante de aportaciones y aproximaciones respecto a los estudios e investigaciones de carácter experimental relacionadas con el cerebro (en términos generales), porque no sólo se centró en divulgar las estructuras neurofisiológicas en humanos, también ratones, monos y cerdos, entre otras especies que pasaron por el ojo de los neurocientíficos. En ese sentido, se dio un importante giro sobre las apreciaciones y aproximaciones que trajo consigo el campo de la psiquiatría médica clínica, sobre la detección de enfermedades de carácter conductual, mental y neurológicas. Ello también permitió que, gracias a los avances tecnológicos, se pudieran registrar la actividad cerebral, mediante la técnica de neuroimagenología, que sin duda, ha marcado una importante huella en los avances profundo de esta compleja multidisciplinaria ciencia emergente.


Sin embargo, estos avances no han estado libres de polémica, crítica y atrasos por parte de las comunidades científicas principalmente y las vinculadas al periodismo de análisis, cuando se observa que en las propuestas y anuncios, además de no presentar datos y resultados válidos y comprobables, detrás de estos escenarios de relumbramiento académico y de investigación, se encuentran las políticas destinadas a impulsar y fortalecer la investigación científica (I+D+i), vinculadas por supuesto a procesos rígidos normativos de innovación y de gestión de control de calidad de lo que se produce y divulga entre las diferentes comunidades de expertos y especialistas. Esto es de llamar la atención, porque en dicha situación, también se han visto involucrados las agencias de investigación militar y de seguridad nacional como es el caso de DARPA, la CIA y otros que han podido hacer uso de las investigaciones en neurociencias, con propósitos claros militares y geoestratégicos, además de los empresariales. 

Pero en este juego de ajedrez político económico, entran en acción y al quite las industrias farmacéuticas, las cuales se han podido enriquecer con la producción de fármacos y medicamentos para ser aplicados a personas que padecen alguna enfermedad mental, cognitiva y conductual neurológica. 

Esto apunta de manera clara, a que existe un importante mercado internacional, donde las grandes corporaciones juegan un papel preponderante para asumir y justificar por ejemplo, que en nuestros días contemporáneos del siglo XXI, se han incrementado casos de niños, adolescentes, jóvenes, adultos, mujeres y hombres con padecimientos y desordenes mentales, por ese motivo y causa, la necesidad de producir y acrecentar las cantidades y proporciones de medicamentos que mitigue y restringa su avance en la población, para que los psicólogos, psiquiatras, médicos generales o especializados, prescriban en sus clínicas, hospitales y en algunos centros de investigación, estos "medicamentos", que ahora gracias, a que existe un "profundo avance y fundamento neurocientífico" que apoye y sustente el por qué de tal o cual tratamiento basado en la administración y gestión de medicamentos, aun cuando estos puedan presentar fallas y errores de producción intencionada, nos remite de alguna manera, al pensamiento reflexivo crítico que planteaba Michel Foucault, desde su tesis doctoral sobre la Historia de la Locura (tres tomos), lectura recomedable y fundamental para comprender estos tiempos de cambios acelerados; en sus posteriores escritos donde denunciaba sobre la asociación y vinculación interinstitucional entre las disciplinas jurídicas y psiquiátricas como armas ideológicas de ejercicio y uso del poder sobre la población, al comparar cómo la sociedad panóptica se manifiesta y se expresa en idéntica forma: las cárceles, los manicomios, las escuelas y el ejército; entidades que propician formas de control sobre las personas y las comunidades, y son empleadas de manera táctica para que la población no intente atentar contra los propios intereses del Estado y de sus instituciones. Un mito de nuestras épocas, y una advertencia clara de lo que se avecina en el futuro inmediato, como ya lo podremos continuar en nuestra próxima publicación sobre estos mismos temas.

Comentarios

Entradas populares