Viajeros, Nómadas y Holografías del Alma (1a parte)

El tema que ahora nos disponemos abordar en esta publicación, tiene que ver con experiencias de tipo personal y por acontecimientos recientes cercanos, a los que consideramos abordar como un "in memoriam" a las personas que acaban de dejar este plano de existencia por diversos motivos asociados a enfermedades y a la actual tragedia que nos está tocando vivir en el planeta Tierra, con tantos acontecimientos que impactan en la sociedad, en los ecosistemas, en las estructuras endebles de los gobiernos, las guerras, el descontrol y reseteo financiero, etc. Lo que nos acerca a una reflexión y análisis de tipo introspectivo que nos conduce a realizar una revisión no austera, porque no quisiéramos que esto sea parte tal vez, de un ensayo con mayor profundidad, pero puede ser el inicio de una búsqueda de auto exploración interminable que nos llevaría un tiempo considerable desarrollar sin ánimos de desfallecer en el intento, nos aventuraremos llevarlo a cabo.


 

La intensión de este tema sobre lo que hemos denominado como viajeros, nómadas integrados a una concepción derivada, de alguna manera, de las teorías y concepciones diversas derivadas posiblemente del campo del pensamiento complejo, que hemos denominado como holografías del alma, son parte de un estudio comparativo sobre las vivencias y experiencias que fueron integradas a modos de vida particulares, asociados en parte, sobre el camino del conocimiento y de la sabiduría perenne, la vida y obra de aquellos viajeros que tuvieron las condiciones propicias y fortalezas para internarse en otras dimensiones aún incomprensibles para la mente ortodoxa escéptica de los científicos y académicos que construyen en sus hipótesis y modelos teóricos su propia realidad y tratan de darle alguna explicación coherente racional, observable y medible, pero aún están lejos de poder descubrir lo que existe detrás el velo de Isis (parafraseando la obra de Madam Blavatsky). Lo que permanece aún oculto para las mentes inquisidoras académicas, encerradas en sus laboratorios e instituciones, de las cuales están financiados por intereses propios de los gobiernos de países altamente desarrollados y su repercusión directa en países con mayor pobreza y miseria.

Estos viajeros son los que en las religiones antiguas fueron identificados como místicos, de los cuales sólo tocaremos los que a una apreciación y percepción personal son con los que más nos hemos identificado, en parte porque tuvimos la oportunidad de conocer a uno en la etapa adolescente, aún cuando no teníamos suficiente interés por estos temas y vivencias, y sin embargo, nos cambió en parte la percepción de la realidad, porque nos brindó una iniciación, que por así decirlo, un camino que de alguna manera incierta comenzamos con tropiezos, pero a la fecha con la edad que tenemos, ya como esposo y padre de familia, con una profesión, seguimos sin poder adquirir esa dimensión profunda del regalo que se nos ofreció en esa sesión cuando asistimos esa mañana entre semana sentado en una sala de conferencias de un hotel y al salir de ahí, simplemente la realidad ya había cambiado sin tener la capacidad mental de comprender lo que nos estaba sucediendo. Fue eso, un cambio y un trabajo que hasta el día de hoy hemos intentado llevarlo con muchos ladrillos en la pared, pero estamos de pie en esa vía de intentarlo, aunque no como deberíamos hacerlo. 

Esto será desarrollado con mayor detalle en las siguientes partes de este ensayo breve reflexivo relacionado con ese camino de búsqueda y exploración latente. Los que hemos denominado como viajeros místicos que elegimos, son los que consideramos algunos de los más representativos dentro de nuestra formación como aprendiz permanente. Uno de ellos, es parte de la experiencia de actividad intelectual que nos ha dado por ejemplo, una serie de herramientas de redacción y conformación intelectual de reeducación de los pensamientos por decirlo así, racionales. Nos referimos al conocimiento helenista en primer lugar,  a la inacabable obra del filósofo griego Platón, un viajero místico discípulo de Pitágoras y de otros filósofos que formaron en su conocimiento, una concepción de la vida, de las ideas (imagos), que son parte de esa búsqueda de reflexión; lo transcribió y lo evocó de manera magistral a través de su mentor Sócrates, su filósofo, maestro e instructor. De esa enorme obra sólo vamos a retomar el Diálogo del Fedón, que aborda el tema de la psiké (alma), que ya tan sólo con ese texto nos llevaría varias publicaciones para analizarlo y reflexionarlo a profundidad como lo han intentado otros filósofos contemporáneos (Nietzsche, Heidegger, Hegel, Marx, Foucault, etc.), pero sólo tocaremos algunos elementos imprescindibles para comprender cómo Platón intentaba describir en ese viaje de conocimiento lo que es el "alma", y lo que es la transmigración de las almas, que curiosamente la religión católica interpretó y desconoció como parte del viaje de la reencarnación de las almas.

Esto es también, parte del viaje iniciático que experimento el jóven noble Siddhartha, cuando contempló el despertar de la iluminación, una historia que nos parece fascinante, porque nos explica en parte, el camino que toda persona tendrá que auto explorar y descubrir a lo largo de la vida, un verdadero trabajo que fue particularmente desarrollado por otro místico enamorado de Dios, el cual quedó registrado en una insigne obra magistral que da pautas alegóricas del pensamiento místico tradicional islámico. Nos referimos a Ibn el Arabí, cuyo texto "Viaje al Señor del Poder", da una señal de la profunda concepción introspectiva espiritual que desarrollo este viajero místico en vida y obra mediante la creación de otros textos que no abordaremos en esta ocasión.

Un siguiente viajero místico que nos parece de gran trascendencia, mismo que según algunos historiadores de la vida de Gurdieff, fue una persona excepcional, porque reveló el conocimiento tradicional místico de Oriente y lo trajo al mundo occidental para las mentes racionales y así abrió el Cuarto Camino a través del denominado Eneagrama (modelo y proceso de autoexploración psíquica), y derivo su viaje para desarrollar una peculiar explicación acerca de lo que es el ser humano como parte de una fase milenaria de evolución, cuando describe en su narrativa a través del ente mítico Belcebú y los Cuentos a su Nieto, sobre lo que el detalló de manera simbólica y alegórica sobre los seres tricerebrales (tres cerebros), un ejercicio no sólo de lectura pasajera y de entretenimiento, sino un camino al interior del alma, como parte de la huella que nos dejo este viajero para continuarla.

Un siguiente viajero místico que de alguna manera, conecta con lo que hemos denominado como nómadas o exploradores del conocimiento (psiconautas), es Lao Tse, que viene a dar pauta a todo un sistema de autoexploración, un viaje que invita a interpretar y decodificar lo que hay de fondo por ejemplo, en el libro del I Ching, pero queda primorosamente revelado a través de sus versos llenos de sabiduría perenne. Nos referimos al libro del Tao, un viaje singular que llevó a nómadas como Talcott Parsons, Fritjof Capra, Stanislav Grof, Claudio Naranjo, Carl Jung entre otros, a intentar conectar con lo que ese insondeable universo está ahí, para la mente racional occidental lo cual, es todavía inconcebible contemplarlo y aprender a evolucionar con éste, una experiencia del alma, mismo que llevó a Terence Mackenna, a explorar lo que el mundo de las plantas sagradas pueden llegar a ser utilizadas como conectores potencializadores de la psique humana con esas otras realidades y esas dimensiones a ser exploradas, mismo que ha derivado en importantes psicoterapias para atender problemas de salud mental como el estrés post traumático, esquizofrenia, neurosis, etc.

El ensayo de esta publicación va a intentar cerrar en su tercera parte, con el intento de análisis reflexivo de un libro al que le hemos dado un valor especial, porque tuvimos la oportunidad de experimentarlo en un grupo sufí al que asistimos durante un breve tiempo atrás, pero le dio significado en ese camino personal como nómada explorador de lo eterno. Nos referimos al bellísimo texto versificado de Farid al Din Attar, "El Lenguaje de los Pájaros" también conocido como el Coloquio de los Pájaros, pero preferimos quedarnos con el primero. En ese viaje de cierre, integraremos también de manera importante al libro del pintor y culto nómada del pensamiento perenne cuya obra pictórica y escrita, adquiere un valor incalculable, porque es también parte de ese viaje místico de estudio y exploración simbólica, Louis Cattiaux y su "Mensaje Reencontrado", una vuelta al eterno retorno de la sabiduría espiritual, son sin duda, lecturas que nos ha llevado a continuar en este sendero del autoconocimiento nómada, al que invito acompañarnos a las personas que están en ese trayecto espacio-temporal de vida.

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