Tiempos de Cosmotécnicas: Crisis de guerras, invasiones y energéticos (1a parte)

Después de varios meses sin escribir artículos sobre algún tema de interés para compartir en las redes sociales personales, sirvió este tiempo para atender asuntos personales y de familia, además de que no teníamos por ese momento algún tema que pudiera ser considerado para la reflexión y el análisis de los contenidos que desde un principio se establecieron en el blog. 

Sin embargo, en este año en particular y en los últimos meses, se ha convulsionado el mundo, por una situación que se venía ya calentando varios años atrás, especialmente en el 2014, cuando el conflicto geopolítico entre dos países del norte de la región europea y hacia Asía, nos referimos a la tensión entre Ucrania y Rusia, este último, con claras intenciones de iniciar de nueva cuenta un conflicto regional y posiblemente mundial, desde las resacas latentes que nos dejó históricamente los tiempos y periodos de confrontación bélica, la polarización entre dos potencias y dos ideologías distintas, entre dos sistemas confrontados por lo que quedó sembrado durante la Segunda Guerra Mundial, y lo que se derivó de los tratados y armisticios que dejaron en perspectiva los países y regiones del mundo cuando tuvieron que enfrentarse en ese calamitoso contexto de guerra, donde murieron no miles, sino millones de vidas.

 

Y es justo ahora, cuando se vuelven a encender las hogueras y los tambores que advierten y claman por medir su capacidad de destrucción militar. Lo que fuera la tecnología militar empleada durante el siglo XX, no se compara en nada con lo que actualmente cuentan estas potencias, a las que ahora se suman países como China, Corea del Norte, Irán, que observan y vigilan por redes de inteligencia militar y de seguridad nacional, conformado por sofisticados sistemas de espionaje (cibernético y geoespacial) de occidente, los cuales identifican especialmente como países potencialmente peligrosos que pueden desestabilizar regiones y países aliados al bando de las llamadas economías "neoliberales", termino muy empleado por detractores y pensadores de la ideología socialista-comunista que propició la revolución rusa y china, de las cuales se derivaron posteriormente, formas de gobiernos tiránicos, absolutistas, pseudo-administrados por regímenes dictatoriales, cuyo control se centra en manipular y vigilar a la población, mantener su poder a través de la fabricación intencional de pobres, aumentar la miseria, y como ejemplo de ello, ahora lo observamos en los casos particulares de la región latinoamericana, en países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Perú, México y Argentina, donde surgen formas de gobierno autócratas populistas que quieren de nueva cuenta y de manera nostálgica, regresar a los tiempos cuando aún era incipiente la industrialización en esta región, construyendo un sistema de control político de corte hegemónico, gobernado por un solo partido o por una sola persona elegido por mayoría manipulada por distintas estrategias de votación electoral a fin de asumir y legitimar el puesto de los presidentes en turno, pero a su vez, como propagadores demagogos y propiciadores de la ignorancia social basado en panfletos populistas, incrementando el rezago, económico, educativo, científico y tecnológico, la desaparición de poderes, con leyes y reglas constituidas y construidas a modo para perpetuar su régimen de poder cuasi absoluto, y con la realización de proyectos que simulen prosperidad y bienestar social. 

Esto contrasta de manera peculiar por ejemplo, con el desarrollo de las tecnologías digitales, que se producen en países de un alto nivel de desarrollo, donde se observa que las formas de control geopolítico, económico, social, cultural y educativo, entre otras, se vuelve parte sustantiva de sistemas de vigilancia llevadas al paroxismo y a su máxima expresión, advierten algunos pensadores críticos como Stiegler, Russo, Pasquinelli, Hui, Toreto, etc.; nos hablan de tiempos de crisis humana, de una negantropología (una negación humana) con respecto a la dimensión ecológica en las organizaciones humanas incluyendo las instituciones del Estado, que ya impacta de manera considerable en el medio ambiente, y de no detenerse y cambiar las formas de producción y consumo por otras regidas por la automatización fisiológica, social, por automatismos psíquicos que ha pasado de una era antropocenica del capitalismo industrial a otra mayormente sustentada en gran medida por automatismos regidos por leyes, políticas y sistemas económicos que han venido a constituir modos de vida que posibilitan no sólo el control social, también del sistema nervioso del cerebro  (Stiegler, R., Ross, D., 2021), y esto va a llevar a la actual civilización humana de manera posible hacia un colapso final y a su extinción definitiva, aun cuando ya se vislumbra en un lapso más o menos corto, la incorporación de tecnologías controladas por inteligencia artificial, inicio de un proceso de producción de robots, de lenguajes algorítmicos que ya pueden alterar no solo el tiempo, también el espacio. 

Ese es, también, el tiempo de las llamadas cosmotécnicas: la tecnología como fenómeno universal con posibilidad de múltiples tecnologías para ser creadas y producidas en diferentes culturas y contextos socioeconómicos (Yuk Hui, 2016). ¿Serán estas acaso mitologías del siglo XXI, donde exista la posibilidad de la extinción de dichos conflictos geopolíticos?, parece que por las circunstancias de estos momentos, todo indica que aun estamos lejos de ese paraíso divino tecnológico, como lo veremos en las siguientes publicaciones sobre el presente tema.

Son parte de los temas que aquí vamos a intentar darle un abordaje en su multifacética dimensión compleja emergente, dado que las formas como se ha alterado la vida común de los habitantes de este Planeta Azul, es un aviso que ya habíamos planteado en anteriores publicaciones, y volvemos a recalcar sobre lo que en el presente se siembra y los pronósticos reservados para el futuro inmediato: hacia la verdadera transformación evolutiva de la comunidad humana, o continuar a la deriva, hasta que las posibilidades de supervivencia sean cada vez caóticas y concluyentes para la civilización contemporánea. Ya casi nos queda poco tiempo. Invito cordialmente a realizar este análisis y reflexión.

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