Visión de las máquinas espirituales a la superinteligencia: desafíos y escenarios del futuro (3a. parte)

La transferencia de las máquinas espirituales (Kurzweil, 1999) al siguiente nivel o fase de transformación sería, entonces, que la superinteligencia según los planteamientos de Bostrom (2016), traerá consigo una serie de implicaciones a considerar: a) va a requerir de una capacidad de procesamiento mucho mayor que la actual, implica avances considerables en el campo de la computación cuántica, la optimización de algoritmos y la escalabilidad de los sistemas; b) la superinteligencia tendrá que demostrar que es capaz de aprender y adaptarse de manera autónoma, empleando técnicas de aprendizaje profundo, creación de redes neuronales y construcción de algoritmos de autoaprendizaje; c) requiere plantearse sobre cómo se podría garantizar que dicha superinteligencia va a actuar de manera beneficiosa para la humanidad, cómo evitar que esta se vuelva hostil o incontrolable; d) sobre la integración efectiva entre humanos y máquinas se vuelve materia crucial a ser analizada en profundidad, especialmente en cuanto a interfases intuitivas, comunicación fluida y complementariedad en habilidades; e) considera que la superinteligencia puede ser vulnerable a ataques cibernéticos, es prioritario desarrollar sistemas robustos para cualquier tipo de amenazas; f) sobre lo esencial del entendimiento de las decisiones tomadas por esta superinteligencia, la transparencia y la capacidad para explicar sus razonamientos; g) sobre su autoconciencia y automejora, estriba en la capacidad de evaluarse por sí misma y mejorar dichas capacidades; y, h) la pregunta esencial es ¿cómo compartiremos el mundo con esta entidad tan avanzada?, la coexistencia pacífica y la colaboración como desafíos importantes a considerar.


En ese sentido, el ciberfilósofo Yuk Hui nos brinda algunas reflexiones pertinentes al respecto de la construcción ontológica sobre el ChatGPT, como un antecedente a ser tomado en cuenta para pensar en esa siguiente fase evolutiva tentadora de lo que supuestamente, se espera desarrollar de las llamadas máquinas espirituales, su visión transhumanista. Señala el autor que, existe una manifestación cultural que no es propia de una sola civilización y, por lo tanto, se tendría que pensar que en cuanto al desarrollo de la tecnología, en la era digital, estaríamos hablando de lo que este autor denomina como cosmotécnicas, es decir, que tanto la creación, producción, distribución y venta en el mercado internacional, no puede depender de un país donde se manufactura y se registra la marca de los productos tecnológicos, sino que hay en esos nichos de producción, un intercambio constante de flujo de conocimientos que son factibles de estar bajo reglamentaciones internacionales que los hacen cada vez, más atractivos y competitivos, especialmente para los usuarios consumidores potenciales. 

En el caso concreto, de la IA de Open AI, y de otras que están actualmente surgiendo en el dinámico mercado de la economía electrónica (e-economía), ahora convertida en importantes reservorios complejos de intercambio de capital informático (algorítmico), convierte a estos importantes insumos en objetos de reflexión y crítica, y de lo que aún no sucede con estas tecnologías inteligentes, esto lo podemos apreciar sobre el argumento que Hui hace respecto del ChatGPT, no es optimista al respecto y todavía falta, según el autor profundizar sobre su creación y sus diversos usos.

"El pensamiento reflexivo en las máquinas tiene un poder sorprendente sobre los seres humanos que no están preparados para aceptar su existencia, incluso como una forma preliminar y básica de reflexión, siendo puramente formal y, por lo tanto, insuficiente para tratar con el contenido. Aquí es donde podemos entender por qué ChatGPT puede ser considerado no particularmente innovador y nada revolucionario para científicos de la computación como Yann LeCun. Solo al lidiar con el contenido de las máquinas pueden avanzar hacia lo que se ha llamado la singularidad tecnológica. Hasta ahora, la singularidad sigue siendo un mito, engañosos y también perjudicial cuando se presenta como futuro cercano. Incluso si asociamos la singularidad con un significado teológico o escatológico, no aporta nada al entendimiento de la inteligencia artificial o su futuro."

Hui insiste en su propia reflexión, sobre la necesidad de que la creatividad humana debe tomar una posición radicalmente diferente y elevar las relaciones entre humanos y máquinas por encima de cualquier teoría económica de reemplazo y las fantasías derivadas de dicha interactividad. En ese sentido, la naturaleza de la tecnología tendría que ser afirmada más allá de su funcionalidad, porque el autor menciona que la humanidad, desde su comienzo de acceso a la verdad, siempre ha dependido de la invención y uso de herramientas, hecho que afirma, es invisible para la gran mayoría, de ahí señala, hay un conflicto entre la evolución de las máquinas y la existencia humana, es una ideología que está profundamente arraigada en la cultura, tanto de occidente como de oriente.

Esto implica que, actualmente, el ser humano reconoce la centralidad de la tecnología, porque intenta resolver todos los problemas, como si estos solo se trataran de problemas técnicos. De ahí, la necesidad de una reflexión fundamental sobre la cuestión de la tecnología en los espacios académicos universitarios, por ejemplo, porque permanece latente un bucle de retroalimentación, dice Hui, centrado en la formación y producción de talentos para la industria tecnológica, con tal de desarrollar algoritmos cada vez más eficientes de explotar la privacidad de las personas y manipular las formas de consumo. Plantea entonces, en sus reflexiones, algunas preguntas sustantivas para comprender los tiempos que nos está tocando experimentar.

¿Puede el ser humano escapar de este ciclo de retroalimentación positiva tan arraigado en la cultura contemporánea, como profecía autocumplida?, ¿puede el ser humano tomar un giro radical y orientar la creatividad en una dirección diferente? Agregaríamos, ¿estamos preparados los seres humanos para aceptar y convivir con entidades superinteligentes?

El autor expone tres premisas, las cuales, señala, se pueden agregar más, pero en este caso, son las que él considera, pueden ayudarnos a comprender sobre la potencialidad humana y su adquisición de capacidad transformadora, las que permitan tener un acercamiento por así decirlo, a liberar la imaginación y su sueño creativo en nuestra relación con estas superinteligencias.

Primera premisa.- La tecnología debería usarse para elevar la potencialidad de los usuarios. Una cultura adecuada de prótesis.

Segunda premisa.- Comprendamos nuestra realidad técnica actual y su relación con las diversas realidades humanas para que esta realidad técnica pueda integrarse y desarrollar biodiversidad, noodiversidad y la tecnodiversidad, o sea, un pensamiento planetario.

Tercera premisa.- Liberemos la razón de su destino fatalista y la visión apocalíptica de origen sobre la historia de la humanidad, y mejor experimentemos nuevas formas éticas de convivencia con las máquinas y otros seres no humanos.

Cerramos el tema de esta publicación, dejando volar esa poética de la ensoñación, tal como lo expresa sutilmente Gaston Bachelard: "Con las ensoñaciones del cosmos, el soñador conoce la ensoñación sin responsabilidad, la ensoñación que no exige pruebas. Por último, imaginar un cosmos es el destino más natural de la ensoñación". Es justo lo que nos proponemos continuar por siempre.

 

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