Educación en la Encrucijada: Crisis Financiera, Geopolítica y Cultural en la Era de IA (1a. parte)

 El tema que se va a abordar en esta ocasión, nos da señales de ajuste y reciclaje de lo que hasta ahora se concibe a la educación como punto clave de desarrollo social y económico, transformación que responde a ciertas concepciones acotadas a esta era de la revolución tecnológica y la transformación digital (inteligencia artificial), o también, a la necesidad de crear políticas educativas acordes a los cambios trascendentales geopolíticos globales, a los intereses de mercado y a las atribuciones otorgadas por firmas transnacionales que rompen barreras, o al menos eso intentan realizar para abrir la venta-compra de productos con marca registrada, que te dicen que tienen varias propuestas para asegurarte la calidad en la formación básica, intermedia y profesional de tus hijos y de las próximas generaciones. 

Cuando entran en entredicho de un posible momento de reajuste financiero internacional, o cuando los sistemas educativos de las regiones colapsan y se enfrentan a situaciones de conflicto geopolítico, intentando dar ciertos paliativos de apoyo impulsados y promovidos por las instancias de organismos internacionales como la UNESCO, OCDE, Banco Mundial, BID entre otros. Los escenarios de futuro (OCDE, 2001, 2020)  realizados como ejercicio de expertos, en un ficticio contexto anterior al momento, ya representan y resignifican de alguna manera simbólica, la situación del contexto global de la educación.

A modo de repaso, la OCDE (2001) por ejemplo, establecía lo que se podría ya percatar en el horizonte como una "escuela para el mañana", en una nueva versión actualizada del 2020, la cual describe con cuatro escenarios ficticios alternativos de escolarización: a) escolarización extendida con colaboración internacional y avances tecnológicos para apoyar un aprendizaje más individualizado; b) educación externalizada, implica un desmoronamiento de sistemas escolares tradicionales, y surgimiento de iniciativas privadas comunitarias; c) escuelas como centros de aprendizaje, se representa por escuelas que conservan funciones pero crean nuevos sistemas de reconocimiento de competencias para liberar presiones del credencialismo; y, d) aprender sobre la marcha, donde imperan oportunidades de aprendizaje gratuito, con base en proceso de digitalización para evaluar y certificar conocimientos, habilidades y actitudes de manera profunda y casi instantánea.

Sin embargo, existe una importante barrera de crisis financiera en la educación global que en estos momentos, se incorpora como asunto prioritario en las mesas de análisis y foros de discusión entre autoridades de los gobiernos y paneles de expertos. En el caso concreto de países de ingresos bajos y medios se han visto obligados a reducir sus expectativas en los presupuestos educativos, debido entre otras cosas, a la contracción de las finanzas públicas, lo cual trae consigo una inversión limitada en infraestructura, tecnología, materiales didácticos y la constante de qué y cómo formar docentes. 

Entender esto fue parte de lo que dejó los años de pandemia del Covid-19 a nivel mundial, afectó en gran medida las estructuras de crecimiento económico y de desarrollo, igualmente, trajo consigo el aumento de la desigualdad educativa, debido a la falta de recursos que afectó a hogares y a regiones más vulnerables, donde la inversión regional fue insuficiente, y de parte de las familias que no lograron compensar la situación con gastos privados. Esto abrió la brecha entre los que si contaban con recursos a diferencia de los que no lograron acceder a una educación de calidad.

Debido a los recorte presupuestarios, esto se traduce en menores tiempos de clases, reducción de personal docente y de apoyo, pero también significa un incremento de estudiantes en los planteles escolares por aula con reducción de actividades de refuerzo, afectando la atención individualizada y el logro de un aprendizaje efectivo.

Otro aspecto de la crisis financiera, se observa cuando muchas familias no pueden pagar los costos asociados a la educación (transportes, materiales, colegiaturas), ocasionando deserción escolar, o cuando en algunos contextos no existen condiciones socio-económicas. Los puntos de análisis en las mesas de discusión que se realizaron en el Foro Económico Mundial (2025), se marco que los retos globales de la educación están asociados a dinámicas de desigualdad, desempleo y falta de oportunidades para los jóvenes en los países de la región sur del planeta, lo cual agrava la complejidad del cambio y se espera realizar en los próximos años, pensando que la educación debe adaptarse para preparar a las nuevas generaciones para la exigencias del mañana. 

Señalan los expertos del Foro, que el Sur Global se enfrenta a una paradoja: la disminución de las tasas de natalidad, junto a una marcada explosión demográfica de jóvenes entre 23 a 29 años de edad que intenta incorporarse al mercado de trabajo, pero no muestra capacidades ni habilidades certificadas, de acuerdo a los requerimientos de las empresas e industrias que ofertan espacios de trabajo.

La UNESCO, plantea que la crisis financiera en la educación representa una amenaza al logro de los objetivos planteados en la Agenda 2030 (Objetivo 4: Educación de Calidad), porque se estima, hay una pérdida potencial a lo largo de la vida de los estudiantes, debido a la creciente desigualdad educativa, y a la pobreza de aprendizaje la cual podría alcanzar la cifra de 21 billones de dólares (17% del PIB mundial). El impacto de dicha crisis, está relacionado con la pérdida de ingresos a largo plazo a los individuos y a la economía, debido a la falta de acceso a la educación de calidad. El asunto de no adquirir las competencias básicas en los países con estudiantes de entornos vulnerables que presentan ingresos bajos y medios, reflejan pocas oportunidades de desarrollo personal y profesional.

Indica que una fuerza laboral poco capacitada puede afectar la productividad del país, su crecimiento económico reducido a obtener oportunidades de innovación. Esto según la UNESCO, podrá atenderse mediante su propuesta de educación a lo largo de la vida, apoyo a la innovación digital: requiere de voluntades y compromisos del sector público y del privado a través de alianzas y acuerdos mutuos  de corresponsabilidad con trayectorias y metas claras, sin indicio de no existencia de conflictos de interés y de corrupción entre los agentes involucrados; el fomento a la igualdad de género; apoyo a la investigación y el desarrollo; colaboración con otros actores interesados (organizaciones internacionales, instituciones académicas y centros de investigación). 

Señala este organismo que es necesario el cambio de paradigma urgente para priorizar y aumentar las inversiones en educación, enseñanza y aprendizaje para garantizar una distribución más equitativa de los recursos, esto expresado en lo que indica la brecha de financiación anual de 97 millones de dólares para que los países alcancen el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS4) para el 2030.

Pero pensemos que otra encrucijada que también impacta de fondo a la educación global, son los conflictos geopolíticos, punto a ser abordado con detenimiento en el segundo apartado, dejando en la expectativa de los lectores las siguientes preguntas para su análisis colectivo entre sociedad, autoridades educativas, docentes frente a grupo, expertos investigadores de la educación, colectivos de estudiantes y agentes que quieran involucrarse en el desafío de crear y construir puentes de mejora y fortalecimiento, otros espacios alternativos que promuevan equidad, resiliencia y acceso universal a la educación.

¿Por qué persiste un déficit crónico de financiamiento educativo a nivel global, a pesar de su reconocimiento como derecho humano y motor de desarrollo?

¿Cómo influyen las prioridades políticas y económicas de los gobiernos en la asignación de recursos a la educación frente a otras áreas?

¿De qué manera la crisis financiera amplía la brecha educativa entre países ricos y pobres, entre zonas rurales y urbanas?

¿Cómo afecta la privatización creciente de la educación a la equidad y el acceso universal?

¿Es posible garantizar una educación de calidad en contextos donde los recortes presupuestarios obligan a reducir personal docente, infraestructura y material didáctico?

¿Cómo condicionan las agendas de organismos internacionales (FMI, Banco Mundial), las políticas educativas de los países en desarrollo?

¿Por qué muchos gobiernos incumplen el compromiso de destinar al menos el 6% del PIB a educación como lo recomienda la UNESCO? 

   

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