Educación en la Encrucijada: Crisis Financiera, Geopolítica y Cultural en la Era de la IA (3a parte)

Los impactos financieros y geopolíticos inciden de alguna manera considerable, en lo que las comunidades escolares y académicas universitarias fomentan actualmente, a través de la cultura educativa, entendida esta como parte fundamental de la cotidianeidad de la práctica pedagógica de los docentes en los planteles y en las instituciones dedicadas a la formación profesional. Algunos autores mencionan que actualmente existe una "crisis cultural", en esa vida cotidiana académica. Genera al mismo tiempo, un debilitamiento de la calidad educativa y en el estado de motivación de todos los actores involucrados. La influencia de dicha crisis se manifiesta en diversas situaciones en particular.

La desmotivación y falta de compromiso de los docentes, ello significa que la cultura escolar que se fomenta, influye de manera negativa en la percepción y actitud de los docentes frente a los nuevos retos, como la integración escolar o la diversidad en el aula. Estudios muestran que algunos docentes presentan poca motivación y compromiso cuando perciben cuando las exigencias académicas llegan a superan los recursos o el reconocimiento que reciben (O. Cornejo, 2008). Existe por lo tanto, una resistencia al cambio, es decir, que las prácticas educativas se ven limitadas por mitos y creencias tradicionales sobre la enseñanza, dificultando la implementación de metodologías innovadoras inclusivas (Bustamante Rojas, 2006).

En cuanto al rol social y cultural del docente, hay una falta de conciencia crítica y reflexiva sobre su papel social y cultural que debe desempeñar, por lo que lo lleva a realizar prácticas llenas de rutina con pocas posibilidades para transformar su actuación pedagógica en el espacio de las aulas (Villa, E., Domínguez, R., 2016). Significa que, cuando las prácticas docentes ignoran el contexto cultural de los estudiantes, estos pueden sentirse desconectados de lo que aprenden, esto disminuye su interés y compromiso con el estudio, que pierdan el sentido de pertenencia y valoración de su propia cultura, lo que afecta su motivación y autoestima, porque se sienten estar poco incluidos o poco valorados por los docentes, lo cual reduce su participación en las sesiones de clases (Pedrero G., Moreno Fernández, O., Moreno Crespo, P., 2017).

Esto es parte de las posibles situaciones y condiciones que el docente puede llegar a manifestar en su cotidianeidad y rutina de trabajo académico, pero qué sucede en los tiempos actuales de la era digital, especialmente con la inteligencia artificial que se incorpora como herramienta tecnológica en el ámbito educativo. 

Son diversas las percepciones y actitudes que se han observado en algunos estudios al respecto. Por ejemplo, se observa que existe una resistencia al cambio de parte de los docentes, debido a su falta de preparación tecnológica o que las TIC no son esenciales para sus clases, representan en sí barreras significativas como lo señalan Guamán-Gómez et.al. (2023); Jiménez B., Canales, R., Marín y Vargas (2023), citado por Abraham, A.A., López Mejía, D.A.(2023). 

Implica que el docente no solo debe ser un facilitador tecnológico, sino debe entonces, actuar como un intelectual transformador, el docente tiene la responsabilidad de guiar a los estudiantes en el uso ético y responsable sobre la información que se difunde en medios y en las redes sociales (Micheli, 2023 citado en Abraham, A.A. et.al. (2023). 

Por su parte, Ángel I. Pérez Gómez (2010) plantea sobre la reconceptualización de la formación docente acordes a los requerimientos de la sociedad de la información en situaciones de incertidumbre. El autor señala que aun permanece una concepción escolástica-cartesiana de la enseñanza; se da por hecho que la transmisión de conocimientos de parte del docente, se concibe como datos acabados, lleno de conceptos cerrados sin duda alguna o posible incertidumbre, y sin posibilidad de intercambio, diálogo y puesta en ejercicio de práctica del pensamiento crítico entre docente y estudiantes; por lo tanto, el aprendizaje se logra y reduce solo a través de la adquisición individual de datos y desarrollo de habilidades mecánicas en el aula; la transmisión de contenidos que replican los docentes, son reproducciones de la curricula oficial, los contenidos que se enseñan muchas veces, están descontextualizados; existe también, una yuxtaposición de conocimientos disciplinares fragmentados con errores de concepción teórica que son así transmitidos en las clases. 

Las únicas fuentes secundarias son los libros de texto, centrando el tiempo de clases en una mera transmisión verbal de parte del docente, con la exigencia a los alumnos de centrarse únicamente en reproducir dichos contenidos (con errores conceptuales en algunos casos), y los exámenes vienen a convertirse en los instrumentos de reproducción fiel para evaluar el "aprendizaje", ello responde, en parte, a las exigencias oficiales de las autoridades educativas en turno, siguiendo el mismo esquema reproductor.

Ante este panorama, se contempla  y se agrega, que ahora los docentes, a parte de lo que tuvieron que realizar en los años de pandemia Covid-18, cuando estuvieron encerrados en sus hogares y de manera forzosa a usar herramientas y aplicaciones tecnológicas (TIC), para preparar las clases y evaluar alumnos a distancia, la siguiente fase, de ese inmediatismo de parte de los organismos internacionales, es que aprendan a usar herramientas digitales basadas en la IA. 

Esto de entrada, trae consigo varios desafíos a considerar como otro complemento dentro de su práctica pedagógica. Implica comprometerlos e invitarlos de manera obligatoria, a tomar diversos cursos de capacitación y actualización docente de formación continua, por ejemplo, sobre el uso de ChatGPT o sus similares de IAG (DeepSeek, Grok, Llama, etc.), o usar ciertas plataformas digitales con IA (Magic School, Mathew, Megaprofe, Planeo, Comenio.ai, Teachy), entre otras que siguen apareciendo en el mercado potencialmente competitivo como productos en venta derivado de estas nuevas corporaciones tecnológicas que ya promueven distintos formatos y posibilidades de compra y renta para escuelas y universidades, todo un sector estratégicamente planificado para potenciar su uso en los planteles educativos (Entre Unicornios y Computadores, Serrano Pájaro L., 2025).

Esto indica que la crisis cultural de los docentes se enfrenta asimismo, a una crisis para aprender a desarrollar habilidades digitales, porque así lo expresan las recomendaciones de la UNESCO, a fin de resolver esa brecha en su formación y actualización de los saberes de su práctica pedagógica, y atender parte de la Agenda 2030 (ODS4).

Sin embargo, cabe aclarar que parte de estas exigencias de ser atendidas por los docentes, sin el objeto de pretender caer en algunos de los siguientes mitos señalados por la exposición breve resumida por Figueiredo (2023), puede ser de gran ayuda y orientación para los docentes que intentan incorporarse a esta nueva cultura digital. 

El mito de las habilidades digitales y de cómo prepararnos en dicha cultura educativa: a) En el pasado se valoró el conocimiento y se ignoraron las habilidades, ahora se intenta reconocer ambas, pero somos incapaces de ponerlas juntas, ambas son importantes y se requiere reforzarlas mutuamente; b) El conocimiento es disciplinario y enfocado, las habilidades son multidisciplinarias y transversales (incorporan conocimiento, competencias, actitudes y valores), estas inducen a conductas de orden superior cuando manejamos problemas complejos y enfrentamos incertidumbre; c) El conocimiento puede enseñarse, las habilidades se aprenden a través de la práctica de integración cultural, no se desarrollan con tópicos o cursos, pero si por las  complejas prácticas sociales que las desarrollan y consolidan; d) Las estructuras existentes de las habilidades digitales no ayudan a clarificar su distinción, enfatizan taxonomías, pero fallan en activarlas para que estas sean capaces de producir cambios y generar prácticas innovativas; e) ¿Por qué se insiste en que las estructuras de las habilidades digitales sean para la comunicación y la colaboración? ¿Por qué no desarrollar la comunicación y la colaboración sin restringirlo a lo digital? ¿Por qué separarlas, porqué no unirlas?

Entonces, el rol del docente en la era digital según Guamán Gómez, J. et.al.(2023), puede estar relacionado con esa concepción cultural esperada de su práctica docente, en el logro de los fines de la educación apoyada en las tecnologías educativas, es la imagen del docente que deja de ser la fuente principal de conocimiento y centro del proceso de enseñanza-aprendizaje, ahora parte de sus funciones académicas será convertirse en un guía y mediador, con saberes pedagógicos sólidos y disciplinares, demostrando sus habilidades metodológicas y comunicativas, y ser también poseedor de valores profesionales y humanos.

Los múltiples significados y valoraciones de educar en la era digital de la IA de acuerdo a la aportación de A.I. Pérez Gómez (2012), estriba en que sea el propio docente el que ayude a educarse y facilitar el propio conocimiento, debe ser generador de su conocimiento; el docente debe ser un facilitador del proceso de aprendizaje. Las cualidades y competencias del docente, deben enfocarse y centrarse en que logren convertirse en investigadores de su propia práctica; comprometidos con el aprendizaje y desarrollo de sus estudiantes; que sean capaces de crear y construir un curriculum centrado sobre intereses y fortalezas; que sean capaces de construir escenarios democráticos, abiertos y flexibles; que logren estimular la experiencia educativa, respetando las diferencias.

Queda entonces, este espacio abierto para continuar con el intercambio de experiencias y buenas prácticas de mejora de la actividad académica, con aportaciones propositivas que conduzcan a la búsqueda permanente de su desarrollo profesional y su revaloración en la sociedad en tiempos de la IA. Hay mucho trabajo que realizar en conjunto con los demás interesados en la educación ante esta encrucijada presente y ocuparse principalmente, en sembrar los cimientos de los escenarios del futuro inminente que ahora tenemos.


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