La Gobernanza de la IA y el Futuro del Empleo en el INEGI: Análisis del Impacto Socio-Laboral (2a parte)

 Si en el primer apartado se abordó la urgente necesidad de un debate acerca de los desafíos que el INEGI, tendrá que enfrentar en los próximos escenarios de mediano y largo plazo, para integrar la IA en sus procesos y métodos de análisis estadístico y geográfico, tal como hasta el día de hoy, ha continuado con esa valiosa labor al servicio de las instituciones del Estado y del régimen en turno.

Como parte de un enfoque particular en cuestiones de factor humano, también, cabe señalar, la institución se encuentra en una posición estratégica y ventajosa, ya que su mandato como generador de información estadística y geográfica para el Estado mexicano le ha dotado de una robusta infraestructura de datos y una probada capacidad de innovación. No obstante, el principal obstáculo para una adopción de IA a gran escala no es de carácter técnico o financiero, sino cultural y organizacional.

Los estudios disponibles sobre el sector público mexicano, incluyendo la propia investigación del INEGI, indican una brecha entre el reconocimiento del potencial de la IA y su adopción real, marcada por la desconfianza, la falta de capacitación y la preocupación por el desplazamiento laboral.

La integración estratégica de la IA en el INEGI, representa una oportunidad no solo en el sentido de optimizar sus procesos clave -desde la recolección y análisis de datos hasta la mejora en la interacción con la ciudadanía-, sino también para que la institución se posesione como líder y modelo a seguir en la transformación digital de las instituciones del país, incluyendo las del sector privado, las educativas, científicas-tecnológicas entre otras. 

Al abordar proactivamente los desafíos internos, el INEGI podrá catalizar un cambio más amplio en el país, lo que alinea su evolución con el Eje Transversal de "Innovación pública para el desarrollo tecnológico nacional" del Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030.

El informe presenta en ese sentido, dos escenarios futuros: uno de "Integración Sostenida Estratégica", donde el INEGI se convierte en un referente global mediante una hoja de ruta planificada, y otro de "Adopción Fragmentada Reactiva", donde la falta de una visión unificada frena su potencial. Para dirigir la institución hacia el primer escenario, se proponen cinco pilares estratégicos: 1) una gobernanza sólida y un liderazgo unificado; 2) un programa integral de capacitación y gestión de género; 3) el lanzamiento de proyectos piloto de alto impacto; 4) la colaboración interinstitucional y académica; y 5) un marco financiero alineado con la visión de largo plazo. Estas recomendaciones buscan convertir la IA de una simple herramienta en un motor de cambio cultural y operativo que fortalezca al INEGI y su contribución al bienestar social.

Cabe preguntarse entonces, ¿Cuál es la misión del INEGI en la era de la inteligencia artificial? 

Si bien el INEGI es considerada una institución clave para el funcionamiento del Estado mexicano. Como órgano constitucional autónomo, tiene la responsabilidad de generar, integrar y difundir la información estadística y geográfica que requiere la sociedad y el Estado para la planeación, el diseño de políticas públicas y la toma de decisiones. Dicha labor la concentra y articula a través del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica (SNIEG), el cual está compuesto por cuatro subsistemas principales: el Subsistema Nacional de Información Demográfica y Social, el Subsistema Nacional de Información Económica, el Subsistema Nacional de Información Geográfica, Medio Ambiente, Ordenamiento Territorial y Urbano, y el Subsistema Nacional de Información de Gobierno, Seguridad Pública e Impartición de Justicia. Cada uno de estos pilares estructurales no solo define las áreas de operación de la institución, sino que también representa un vasto campo de oportunidades para la aplicación transformadora de la IA.

La capacidad del INEGI para generar datos precisos y oportunos a través de sus programas regulares como la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), los Censos Económicos y de Población, y la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), lo consolida como una fuente vital de conocimiento para el país. La institución también ha demostrado su compromiso con la innovación de crear herramientas y recursos como la Red Nacional de Metadatos (RNM), el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE), el Banco de Información INEGI y el portal educativo "Cuéntame". Son plataformas que no solo garantizan la accesibilidad de la información, sino que también señalan una base tecnológica sobre la cual una transformación basada en la IA puede ser construida.

En el contexto actual, la inteligencia artificial no es meramente una tecnología emergente, sino un imperativo estratégico para las instituciones públicas. Con la creciente complejidad de los fenómenos sociales y económicos, junto con la explosión del volumen y la diversidad de datos disponibles, exigen por lo tanto, de nuevas herramientas que superen las limitaciones de los métodos tradicionales. Para una institución como el INEGI, la IA ofrece una vía para mantener su relevancia, mejorar su eficiencia operativa, aumentar la precisión de sus análisis y ofrecer nuevos servicios de valor agregados a la ciudadanía. 

La transformación, por tanto, no consiste en la simple integración de algoritmos, sino en una redefinición fundamental de cómo se concibe, produce y utiliza la información oficial en un mundo digital. Esto implica una revisión de los procesos internos, una revalorización de las habilidades del personal y una evolución en la interacción con los usuarios potenciales de la información.

Para comprender cómo INEGI se inserta en la era de la información, tendría que realizarse un diagnóstico multidimensional, es decir, que partiendo desde cómo está conformada la arquitectura organizacional en relación al portafolio de datos que opera en la institución. Como bien sabemos, el INEGI está diseñada para generar conocimiento en áreas clave. Y con los cuatro subsistemas ya mencionados operan de forma complementaria para cumplir un amplio espectro de la vida nacional. El Subsistema Nacional de Información Demográfica y social se encarga de censos y encuestas (ENOE, ENDUITH, ENIGH), donde se recaban datos cruciales relacionados sobre los hogares, empleo y el uso de tecnologías en los hogares. El Subsistema Económico maneja los Censos Económicos y los datos  sobre productividad y manufacturas, mientras que el Subsistema Geográfico, Medio Ambiente, Ordenamiento Territorial y Urbano se enfoca en la geolocalización, la teledetección y el análisis del entorno natural. 

Esta segmentación organizacional aunque eficaz, puede presentar desafíos para una implementación de IA que requiere una visión holística.

Con este panorama ya nos indica parte del panorama que va a tener que asumir el INEGI, en relación a la innovación tecnológica interna: las habilidades existentes. Implica, mencionar que la institución no es ajena a la innovación, porque ha demostrado su capacidad para manejar grandes cantidades y volúmenes de datos y para desarrollar plataformas digitales. La Red Nacional de Metadatos (RNM) es un claro ejemplo de su enfoque en la organización y difusión de la información. Más recientemente, fue la inauguración de laboratorios de microdatos  en colaboración con instituciones académicas como el Colegio de México muestra un compromiso con la ciencia de datos y la investigación aplicada. 

El propósito de estos laboratorios, según la presidenta actual del INEGI, Graciela Márquez Colín, es facilitar el acceso a datos detallados para la investigación, lo cual es fundamental para el diseño  y la evaluación de políticas públicas basadas en evidencia. Esta infraestructura, sumada a la experiencia en el manejo de imágenes satelitales y la producción de ortoimágenes y mapas espaciales, sienta las bases para la aplicación de la IA en el análisis geoespacial y la teledetección. De hecho, el INEGI ya utiliza un software de IA para analizar imágenes satelitales a nivel de pixel y monitorear la evolución de la densidad poblacional y conservación de la naturaleza.

El espejo de desafíos que enfrenta el INEGI sobre la creación de un ecosistema de la IA en México, la institución se encuentra en una posición singular. A través de sus propias encuestas, la institución ha documentado el incipiente estado de la adopción de la IA en México. Los Censos Económicos de 2024, por ejemplo, revelaron que solo el 0,5% de las 5,4 millones de unidades económicas en el país utilizan IA. Esta cifra aunque baja, muestra una tendencia emergente con el potencial considerable. También se ha identificado en un estudio que identifica que solo el 10% de las dependencias mexicanas han iniciado procesos de transformación digital, a pesar de que el 25% de los funcionarios reconoce los beneficios de la productividad organizacional que la IA puede ofrecer.

Esto revela una profunda paradoja: la institución que diagnostica y mide el rezago digital del país es, al mismo tiempo, una de las dependencias que enfrenta esos mismos desafíos. Su propia transformación, si se lleva a cabo con éxito, no solo aumentaría su eficiencia interna, sino que serviría como un caso de estudio replicable y un modelo tangible para el resto de la administración pública.

Al superar sus propias barreras, el INEGI se legitimaría como un líder en el Eje Transversal de "Innovación pública para el desarrollo tecnológico nacional" del Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030, demostrando así, en la práctica, lo que las políticas públicas buscan alcanzar en teoría. La capacidad del INEGI para liderar este cambio es crucial para que el país avance en su modernización institucional.

En el siguiente apartado, el análisis se centrará entonces, en las llamadas implicaciones sociales, sobre las nuevas funciones y capacidades que tendrán que saber evidenciar y demostrar los empleados y directivos del INEGI: como "curadores de datos" o "analistas de IA", lo cual implica ver sobre las estrategias de capacitación y reconversión laboral que la institución tendrá que desarrollar para preparar a su base de empleados en ese futuro inmediato y garantizar su transición justa y evitar el incremento de brecha digital y desempleo. 


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